Libros y copas

Para quien le guste la lectura como a mí no puede estar más triste tras leer la carta de Luis Peralta (16 de junio de 199 1) referente al cierre de una librería. Un hecho así, que para algunos no será más que una anécdota, es, en cambio, para otros la muerte de uno de los valores que hacen libre al hombre: adquirir cultura, y al mismo tiempo, libertad de espíritu.Este cierre se justifica, además, por la información publicada el día 19, páginas 34-35 de EL PAÍS, sobre el bajo nivel de lectura de los españoles. La encuesta, en cuestión, dice que "el 42% de los mayores de 18 años no lee nunca, y el 63% no compró ningún libro en el último año".

Muchos dirán que la culpa es de la televisión. Algo de cierto hay; pero también culpable es la propia falta de voluntad. Y, como bien dice el señor Peralta, lo es también la apertura a diario de "bares, pub y discotecas", pero no de librerías. Otros, en cambio, intentan justificar algo que debería estar superado, como la continua apelación a la herencia cultural del pasado.

El cambio de una sociedad se produce, de verdad, cuando tiene correlación con una evolución mental, es decir, superar el pasado. Los poderes públicos no fomentan, en sentido amplio, la cultura, más bien la maltratan. La gente va a lo fácil, como la televisión. Alguien, tal vez el Ministerio de Cultura, debería reflexionar sobre el tema. A lo mejor tendría que bajar el precio de los libros y subir el de las "copas y tapas". ¡A lo mejor!-