Mejoras en Correos
En su editorial del día 25 de junio, dentro de otras apreciaciones sobre las disfunciones de la Administración pública, vuelven ustedes a incidir sobre el correo como ejemplo de servicio malo y anquilosado.El correo no funciona mal. Es cierto que ha habido un retraso en la adaptación de sus servicios para atender la enorme explosión de demanda que se originó a partir de 1984, y ello conlleva que actualmente el servicio no tenga la calidad óptima que es deseable, pero hay que puntualizar que hasta no hace mucho tiempo se asumió con éxito esa fuerte demanda, en parte provocada desde la propia Dirección General de Correos en 1986 con el sanísimo fin de procurar más clientes (más ingresos) cuando comenzaba a ser preocupante la irrupción de las compañías privadas.
Dice su editorial que Correos funciona "lánguida, zafia y cansinamente". Sin entrar en consideraciones a los calificativos, no es ésa la causa de que hayan surgido las "alternativas privadas que cita. Las causas reales son un descomunal aumento del mercado a nivel de todo el mundo por una parte, y por otra, el hecho de tener uno de los monopolios inás permisivos de los actualmente existentes. Y le aseguro que ninguna de las personas que trabajamos en Correos tenemos ningún miedo a la abolición de ese monopolio. Sabemos que poseemos el potencial humano y la posibilidad de tener una infraestructura suficientemente importantes como para afrontar con éxito el desafío que supone la competitividad.
Correos ha sido dotado hace unos meses de un status de organismo autónomo que le permite adaptar sus estructuras jurídicas y de funcionamiento a las demandas de nuestra sociedad. Eso no es lentitud, ya que se ha hecho apenas un año después de que se reconociese por primera vez en un congreso mundial la necesidad de dar a todos los servicios postales una estructura ágil que por un lado responda a las necesidades de su clientela, y que por otro, sea lo menos gravosa posible al contribuvente que tiene que costearla. Los profesionales
Pasa a la página siguiente
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.