_
_
_
_
BALONCESTO / CAMPEONATO DE EUROPA

España, bronce por primera vez

Medalla habemus. España rompió el maleficio o la mala costumbre, según por donde se mire, de perder el último partido de cada campeonato -sobre todo si está en juego algún metal- y alertados por Epi capitán y jugador más veterano, no se cayó en anteriores vicios. La histórica manía el mentada con una decena de derrotas en los 12 campeoanatos disputados desde 1979 quedó para el archivo gracias a un buen partido español, inicialmente basado en aquello de quien da primero da dos veces y en este caso se lleva la medalla.Porque se volvió a demostrar que es altamente recomendable hacer ver lo antes posible a los adversarios teóricamente inferiores que no tienen ninguna razón para llegar a almacenar ni siquiera el mínimo atisbo de esperanza. (Como referencia para comprobar lo que ocurre si no se cumple esta recomendación, ver España-Bulgaria o España-Polonia). El equipo español no olvidó pasados sufrimientos y salió con la lección aprendida, impidiendo tomar aliento a un conjunto francés que se pareció más que nunca a su habitual imagen histórica, esa que les ha mostrado como un conjunto sin excesiva disciplina práctica y con una moral no catalogable como a prueba de bombas. El motor del cambio mostrado a lo largo de este Europeo se les quedó sin gasolina, agotado en los esfuerzos de los cuatro partidos precedentes.Liderados por un Villacampa lo más parecido al Villacampa del Juventut, y con Antonio Martín dispuesto a terminar el Europeo al frente de los reboteadores -lo que ha conseguido con los 16 capturados ayer- el partido transcurrió para España siempre por el buen sendero. La falta de fuelle que acusaban los franceses era aprovechada para anotar sin excesivos problemas, y el ataque galo carecía de la suficiente frescura como para no ser limitado por la defensa y el rebote español.Los problemas -por haber, los hubo- no llegaron a pasar de meras anécdotas, como una racha de imprecisiones en el tiro libre mediado el primer tiempo, o los cambios de defensa ordenados Jordane, entrenador francés.

Nada alteraba ni la precisión ni mucho menos la concentración española. Al descanso, casi todo estaba vendido (51-38). Francia había vuelto a ser la Francia que conocíamos y España se parecía a la España que conocimos.

Después, tranquilidad y buenos balones para Villacampa y Martín, magníficos en todo el encuentro, sobraron. No hacía falta más.

Siete años después, España vuelve a subir al podio. En un europeo donde las medallas han estado más baratas que nunca -no ha sido necesario más que ganar a Bulgaria, Polonia y Francia, lo cual no es mucho- se ha logrado recuperar parte de lo que los errores propios estaban negando en los últimos tiempos. Esta medalla podrá ser rentabilizada por cada uno como mejor le convenga, pero al final, para bien o para mal, sólo quedará eso. Que España subió al podio en el europeo de Roma. Que sea para bien.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_