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Un guardia civil hiere de un disparo a la esposa de un abogado

Isabel Martín Bares, de 37 años, esposa del abogado penalista Mario Silva Arriola, sufre una grave herida en el brazo derecho como consecuencia de un balazo disparado contra ella por un miembro de la Guardia Civil. El agente participaba en una operación antidroga en Galapagar (Madrid) y presuntamente confundió a Isabel y a su hija, de 14 años, con los traficantes que buscaba. El marido de la víctima va a interponer una querella en la que acusará al guardia de ser autor de un delito de asesinato frustrado.

Eran más de las once de la noche del pasado día 8, sábado, cuando Isabel Martín recogió a su hija en casa de una amiga, donde había estado celebrando un cumpleaños. Cuando ambas circulaban con su Renault Express (M-3328-IB) en dirección a su chalé de La Navata, se cruzaron en un camino con un Peugeot 309 blanco sin distintivo oficial."Paré con el fin de dejar pasar al otro coche", recuerda Isabel, que aplaca los dolores con calmantes. "De repente salieron dos tipos con una pinta espantosa. Vinieron hacia nosotras empuñando las pistolas. Pensé que nos iban a violar y mandé a la niña que echara los seguros. Metí la primera y arranqué", recuerda Isabel, que dice que ninguno se identificó como guardia civil.

"Unos segundos después sentí un impacto en el brazo. Mi hija miró para atrás y gritó: 'Mamá... que vierien´. Intenté seguir, pero no podía manejar los cambios y tuve que parar a tinos 300 metros de distancia de donde nos cruzamos con ellos", relata la esposa del penalista.

Ropa de camuflaje

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Los guardias civiles recogieron a las dos mujeres. Uno de ellos, que vestía un extraño traje de camuflaje, conducía y estaba muy agitado. Su compañero le repetía: "Tranquilízate, tranquilizate... Estoy de tus nervios hasta Ios cojones". Las llevaron a puesto de la Cruz Roja de Galapagar, donde se identificaron como guardias, según la víctima.

Martín fue trasladada después a la clínica Puerta de Hierro, donde fue operada de una fractura astillada del húmero del trazo derecho. La bala le afectó un nervio que le impide mover la mano. Ayer forzó a los médicos a que le dieran el alta porque quería regresar a casa.

La bala penetró por la puerta trasera del coche, atravesó el asiento trasero, perforó el brazo de Isabel Martín y se estrelló contra el parabrisas. "Un muelle del asiento trasero desvió el proyectil. Gracias a Dios, porque si no habría herido a mi hija. Lo más milagroso es que mi hijo César no quiso venir con nosotras y por eso no iba en el asiento trasero: ahora estaría muerto".

Un mando de la Guardia Civil explicó a Mario Silva que los dos agentes pertenecen a Policía Jadicial de la calle (le la Batalla del Salado. "Lo más increíble es que me dijera que había sido una intervención no bien hecha y que lo peor es que el caso iba a perjudicar la imagen de la Guardia Civil. Yo le repliqué: '¿Y mi mujer qué?".

Silva presentará en el juzgado número 2 de Villalba, que lleva las diligencias para aclarar lo ocurrido, una querella en la que acusará de asesinato frustrado al agente que hirió a su esposa. "Para mí está claro que disparó con la intención de matar y con los medios necesarios para hacerlo, ya que atacó a mi mujer por la espalda y sin que hubiera peligro para él", señala el abogado, al que apoyan magistrados y compañeros de profesión.

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