La voltereta más difícil

Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, se resiste a reconocer oficialmente que Johan Cruyff, el director técnico, ha incluido a Hugo Sánchez en la relación de jugadores interesantes para la próxima temporada y está dispuesto a negociar su fichaje como cuarto extranjero o alternativa al trío actual. El mandatario barcelonista es consciente de que el mexicano ha sido utilizado por su directiva ante la afición como punto de referencia de la maldad que representa el Madrid para el socio azulgrana. Núñez no sabe ahora cómo vender a su hinchada que el demonio blanco es el mejor ángel para optar a la Copa de Europa. Es la voltereta más difícil

El interés actual de Cruyff por Hugo Sánchez no es nada sorprendente. El holandés ya saludó la llegada de Hristo Stoichkov diciendo: "¡Ojalá Hristo llegara a ser el Hugo del Barcelona!" Tampoco es nuevo que Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, ha negociado la incorporación del mexicano cada vez que ha mostrado su intención de cambiar de club.Terry Venables, por ejemplo, lo rechazó en la temporada 1984-1985, en beneficio de Steve Archibald, cuando Gaspart ya había llegado a un principio de acuerdo con Hugo. Un año más tarde el Barcelona le ofrecía un cheque en blanco. En 1987, momento en que el delantero anunció su decisión de rescindir el contrato con el Madrid, el vicepresidente azulgrana volvió a reunirse con el jugador. La última tentativa es la que se produce ahora.

Gaspart se interesó por Hugo desde que éste anunció que abandonaba el Madrid. El vicepresidente intentó desmarcarse ante la Prensa de las negociaciones: "Es cierto, quiero contratarle para el Sant Andreu". Casaus, fue más contundente: "Decir que queremos a Hugo es una animalada".

Justificación

Las gestiones de Gaspart han venido generalmente acompañadas de declaraciones de otros directivos azulgranas renegando contra las actitudes de Hugo. Ha sido una fórmula fácil para justificar ante la afición el por qué se había renunciado a la contratación de un jugador que ha conseguido cinco Pichichis y una Bota de Oro. Y la parroquia azulgrana ha acabado, ciertamente, por repudiar al mexicano.La animadversión azulgrana hacia el mexicano tuvo su punto más álgido en el partido de ida de la Supercopa de esta temporada, disputado el pasado 5 de diciembre, cuando Hugo se despidió del Camp Nou llevándose una mano a los genitales en un gesto que él calificó así: "Me toqué las partes por comodidad, tranquilidad y estética. Para justificarse [el Barcelona] ha querido ensuciar los trapos del vencino y eso no es correcto".

"Yo no tendría en mi plantilla un jugador como Hugo, a quien su club se lo permite todo y la Prensa también se lo tolera", llegó a afirmar el propio Núñez. Gaspart, que caliriaba al mexicano de "provocador", entró también en escena el día de la Supercopa: "Hugo es un asqueroso, se ha tocado las partes dirigiéndose a la tribuna. Me gustaría ver si sería capaz de hacérmelo a mi".

El Barcelona utilizó el gesto obsceno de Hugo para solicitar al comité de competición la misma sanción para el mexicano que para Stoichkov, que agredió en aquel partido al colegiado Urízar Azpitarte. En una carta al presidente de la Federación de Fútbol, Ángel María Villar, Núñez afirmaba: "Como continuación de lo que es una práctica habitual, un jugador, ante los ojos de los aficionados, tuvo gestos, actitudes y comportamientos propios de quien ha elevado la provocación, el mal gusto y la falta de respeto al público, a la categoría de espectáculo permanente".

El presidente azulgrana, que permanentemente ha recordado que los árbitros han dispensado un trato de favor al mexicano, cita a menudo como Hugo pisó a Ablanedo (10 octubre de 1986) y no fue sancionado. Miembros de la directiva se significaron también contra el mexicano cuando se enfrentó a Maceda; cuando resultó agredido en el campo del Sestao (11 noviembre de 1987); cuando un espectador de Mallorca intentó pegarle; o cuando provocó la lesión de Aloisio.

Hugo Sánchez ha replicado a las acusaciones de la directiva azulgrana con declaraciones trascendentes. "El Barcelona me ha perseguido desde que estaba en el Atlético", dijo tras la Supercopa, "y yo, tras fichar por el Madrid, dije a Gaspart que el tren azulgrana ya había pasado. No han sabido aceptar el sentirse rechazados por mí. Se han gastado muchos millones para tener un Hugo, pero les va a resultar imposible conseguirlo".