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Acusaciones cruzadas de malos tratos entre un matrimonio y la policía de Coslada

La Policía Local de Coslada y el matrimonio formado por José Luis Rodríguez Almazán, de 42 años, y María Ascensión de la Torre, de 39, se acusan recíprocamente de malos tratos, insultos; y amenazas tras un enfrentamiento ocurrido en la calle sobre las doce de la noche del viernes.Tras la discusión con los agentes, María Ascensión de la Torre presenta hematornas en el pubis y las caderas y rriagulladuras en el cuello, la cara y los brazos. A los policías se les diagnosticaron arañazos, erosiones y contusiones. A una de las agentes le rompieron las gafas, según la denuncia presentada en la comisaría.

Las versiones de los hechos difieren según quien las narre. Todo empezó sobre las 22.30 en el bar El Rincón, cercano a la casa del matrimonio, en la calle de Paraguay. Los dos policías, un hombre y una mujer jóvenes, entraron a tomar un café. "De repente la mujer nos dijo que le habíamos manchado y que no podíamos ni beber ni fumar. Derramó uno de los cafés encima de la barra, no se sabe si a propósito, y su marido empezó a insultarnos. Al ver cómo se ponía la cosa -había mucha gente en el bar- pedimos refuerzos", relatan los agentes.

"La mujer policía, que ya conoce a mi marido por otros problemas, me tiró el café por el brazo y no se disculpó. Le dije que lo hiciera y se puso muy chula tocándose la goma [la porra]. Yo le dije que no era digna de su uniforme", asegura Ascensión, a quien acompañaban su marido y sus tres hijos. El ambiente se fue caldeando, en una noche de mucho calor.

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Lesionados cuatro agentes de Coslada al reducir a una pareja

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El matrimonio de Coslada apuntilla: "Entonces empezaron a patrullar por allí. Al salir nos estaban esperando [los policías] en una zona oscura y nos pidieron la documentación, que no llevábamos. Nos dijeron que nos iban a llevar detenidos, y nosotros pedimos que llamaran a la policía nacional. Nos, contestaron que nos llevaban donde les saliera de los cojones".

"Les pedimos la documentación porque les íbamos a llevar a la comisaría para denunciarles por insultos", replican los policías. "Nos contestaron que no nos la daban porque no les salía de los cojones a él y del coño a ella. Cuando íbamos a meter en el coche al hombre, que es un conocido camorrista que ha montado broncas en bares incluso de su propiedad y tiene antecedentes policiales por conducir bebído, la mujer se abalanzó sobre una de las agentes tirándole del pelo". "Me pilló por sorpresa, porque en estos casos la mujer suele actuar de mediadora y no echa más leña al f`uego", continúa la agente. Al caer al suelo vio cómo se le rompían las gafas.

Los seis pasaron por la casa de socorro de la avenida de España. En la denuncia consta que las dos parejas de policías presentaban heridas leves, al igual que el matrimonio, según el parte médico, que ahora está en manos del juez.

Los tres niños del matrimonio se quedaron en el Ayuntamiento hasta que sus padres salieron de comisaría, pasadas las tres de la madrugada. "No les ofrecieron más que un vaso de leche, y no llegó la asistente social que habían avisado", dijo Asunción. "Les dimos caramelos, papeles y lápices para que pintaran; no quisieron comer porque decían que ya habían cenado", argumentó un oficial de la Policía Local de Coslada.

"siempre tenemos un teléfono de contacto con un albergue de la Comunidad por si los padres quedan detenidos. Estaban acompañados por tres agentes, y muy tranquilos, porque al parecer están acostumbrados a acostarse tarde". "Los niños lloraban y gritaban", denuncian los padres.

"Una pistola en la boca"

Uno de los agentes -muy joven, como el resto de sus compañeros- asegura que José Luis Rodríguez le amenazó de muerte y le llamó "hijo de puta" mientras lo llevaban en la furgoneta a prestar declaración a comisaría. "Uno de los policías me metió una pistola en la boca y me dijo que era un hijo de puta y me iba a matar como al Nani si no me voy de Coslada", afirmó a su vez José Luis, empleado de una importante constructora.

Los agentes de la Policía Local de Coslada lamentaban ayer este incidente. "Estos policías tienen una media de 25 años de edad, si les pegaron fue para reducirlos, no para ensañarse con ellos", afirma un oficial del cuerpo."Me trataron como a una delincuente, y yo no he hecho nada. Ni siquiera a un asesino le pegan así", apostilló Asunción.

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