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Los incidentes del Atlético-Real Madrid pudieron causar una tragedia, según la policía

El partido que el domingo disputaron el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el Vicente Calderón, que provocó violentos incidentes protagonizados por hinchas radicales de ambos clubes (Frente Atlético y Ultrasur), "pudo acabar en tragedia", según confesaron ayer a EL PAÍS fuentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Madrid. Los tumultos se saldaron con dos policías heridos, dos individuos detenidos y daños materiales en las gradas y en los lavabos del estadio. Julio Moreta, delegado policial en el estadio rojiblanco, fue rotundo en su apreciación de los hechos: "Ha sido el partido más duro de los últimos cuatro años". Unos 1.000 agentes intervinieron en la operación represiva.

Los detenidos fueron Félix E. S., de 16 años de edad, y Gerardo L. M., de 18. El primero de ellos portaba un arma blanca de considerable tamaño cuando fue arrestado. Paradójicamente, los sucesos se produjeron apenas dos horas después de que representantes del Frente Atlético y del grupo Ultrasur celebraran un acto de hermanamiento ante Jesús Gil en el bar del palco presidencial rojiblanco.El acceso y ubicación en el Vicente Calderón de los Ultrasur -unos 500 aproximadamente- no supuso problemas relevantes, salvo las habituales provocaciones y lanzamiento de objetos entre hinchadas rivales, solventadas por un doble cordón policial establecido en la grada como medida preventiva. Los problemas más graves se iniciaron tras la conclusión del encuentro. Las fuerzas de seguridad impidieron la salida de los seguidores madridistas, al ser informadas de que un grupo numeroso de miembros del Frente Atlético los esperaban con ánimo de batalla en las inmediaciones del estadio.

Ante la actitud desafiante y provocadora de los hinchas rojiblancos, muy enfadados por la derrota de su equipo (0-3), la Policía optó por cargar con efectivos de caballería. Los 700 agentes destacados para el partido se mostraron insuficientes, por lo que hubo que recurrir al grupo de la Reserva de Asturias, acuartelado en Madrid, dotación que incrementó el contingente policial hasta unos 950 agentes. Los Ultrasur fueron evacuados del estadio 45 minutos después de la conclusión del encuentro, una vez que los seguidores violentos del Atlético fueron dispersados.

Los Ultrasur, ansiosos por responder a la provocación de sus rivales, causaron daños de diversa consideración en las gradas del estadio y en los lavabos de la zona que ocuparon. Un portavoz del Atlético de Madrid aseguró que dieciséis gradas de 2,24 metros y tres de 0,8 metros fueron convertidas en material arrojadizo.

Cambio de actitud

El inspector Moreta destacó como motivo de especial preocupación el cambio de actitud registrado en el Frente Atlético, uno de los grupos de hinchas radicales mejor controlados hasta el momento por la Policía. En el presente año, los conatos de violencia entre ambos grupos -agresión a Rafael Andrés Mombiedro, hijo del presidente del Comité Superior de Disciplina Deportiva, y a Eduardo Zarcedo Gallego, miembro del Frente Atlético- habían partido del colectivo Ultrasur.La Policía considera que el Frente Atlético padece la formación de un sector muy violento e incontrolado. "La temporada termina ahora, pero el año que viene se presenta caliente como la administración y los clubes no tomen medidas. La solución no es enviar cada domingo cientos de policías. Los clubes incumplen la ley del deporte, y eso debe terminar", comentó un veterano inspector de la Brigada de Seguridad. "Si el domingo no llegamos a calificar el partido de alto riesgo, habría habido hasta muertos", añadió.

Por otro lado, Jesús Gil, según informa José Miguelez, se reafirmó ayer ante José Javier Forcén, juez único de competición de la federación española de fútbol, en sus críticas al colectivo arbitral, motivo por el que se le abrió expediente hace unas semanas. Después, presidió la junta directiva de la sección de baloncesto, a la que sólo asistió un representante de Villalba. La junta acordó demandar por daños, a Carlos López Jiménez, alcalde de Collado Villalba, reclamándole 400 millones de pesetas, así como trasladar la sede del club al Vicente Calderón.

La reunión con Luis Aragonés quedó aplazada hasta la conclusión de la Liga debido a la delicada situación que atraviesa el Español. Gil viajará mañana a Barcelona para negociar con Josep Lluís Núñez el fichaje de Miquel Soler.

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