Peter Benenson

Año de 1961. Un abogado británico de unos 40 años lee el periódico en el metro de Londres. Un artículo fija su atención. En él se cuenta la tragedia de dos estudiantes portugueses encarcelados. El delito, brindar por la libertad en un céntrico restaurante de Lisboa. La pena, siete años de prisión. Peter Benenson, que así se llama el protagonista de la historia, se apea del metro, y para apaciguar su cólera entra en una iglesia. Reza "a todos los dioses de todos los mundos". Y piensa que "la lucha de un solo hombre no vale nada". Meses después, el 28 de mayo de 1961, Peter Benenson publica un artículo en el semanario británico The Observer titulado 'Los presos olvidados'. Era la primera campana de Amnistía Internacional (Al).Año de 1991. Treinta años después de aquel accidentado viaje en metro, Peter Benenson, el fundador de Al, advierte que -"el mundo sigue dormido ante las desgracias de los hombres". Y ríe. Cuenta Benenson que, a fuerza de buscar la tragedia, un día descubrió la felicidad. Y por eso su rostro británico sonrosado por el sol del sur se enciende aún más cuando se le habla de lucha por los derechos humanos. Su asignatura pendiente: "Cada día, en más de 70 países, miles de hombres indefensos son torturados". Su mayor satisfacción: "Amnistía crece y crece cada segundo. Ya somos más de un millón de personas luchando por lo mismo, por la dignidad de las personas".

Benenson rechaza que su eterna sonrisa, rubricada en su cuello por una pajarita azul de lunares blancos, sea consecuencia de la insensibilidad que supone 30 años en convivencia íntima con la tragedia. Y justifica: "Soy feliz porque aprendí a buscar la grandeza espiritual de la gente detrás de cada sufrimiento; detrás de cada paliza, de cada asesinato...".

Al abogado británico, en vísperas de estrenar los 70 años, se le nubla el buen humor cuando habla de las torturas que en todo el mundo se infligen a las mujeres: "Son las que más me duelen; sin duda, las más crueles". Y continúa, quebrándosele la voz, tras una breve pausa: "He visto a mujeres a las que se ha sometido a tortura sexual para averiguar el paradero de sus hermanos, de sus maridos. Son los crímenes más injustificado, más crueles". Y subraya: "¡Más asquerosos!".

Se tranquiliza Peter Benenson y habla de la celebración en Sevilla de la Expo 92 y del Quinto Centenario del Descude América: "El quinto centenario del descubrimiento de América, como la celebración del 30º aniversario de la fundación de Amnistía Internacional, no debe ser en ningún caso ocasión para la alegría; muy al contrario, es motivo para la indignación". Y remata Benenson: "Los conquistadores consiguieron mucho oro a costa de muchas muertes. Y lo segundo, no lo dude, vale mucho más que lo primero. Y además es irrecuperable".

El fundador de Al, que ayer pronunció en la Universidad de Sevilla una conferencia titulada Basta de excusas, explicó a este periódico, recordando un reciente informe de su organización, que dos de cada tres personas son gobernadas por autoridades, que matan a sus ciudadanos". Y puso un ejemplo: "Los españoles siguen viajando por placer a Turquía, un país que tortura por sistema. Igual que los británicos nos bronceábamos tan tranquilos en España cuando la dictadura torturaba".