Portland resurge para forzar un sexto partido con los Lakers en Los Ángeles

La Conferencia Oeste demoró la elección de su finalista para la serie final por el título de la NBA. El Portland Trail Blazers apeló a un sentido agónico de la victoria para imponerse en su cancha al Los Ángeles Lakers en el quinto partido de la semifinal (95-84), con lo que consiguió situar el marcador global en 3-2 en su contra. La situación, sin embargo, apenas ha variado. Los Lakers pueden sentenciar la próxima madrugada en el sexto partido, que se disputará en Inglewood, último obstáculo antes de luchar contra el Chicago Bulls en la final.

Portland edificó el encuentro sobre arrebatos de frenético ritmo que desdibujaron en el momento adecuado la táctica de ley y orden acogida por los Lakers desde la marcha de Pat Riley. Llegados al último cuárto, el conjunto local apeló al caos para contrarrestar el tono sistemático de su rival, arriesgada opción que consumó su triunfo.La mayor parte del encuentro fue dirigida por la brújula de los Lakers, con breves pero decisivos estallidos de Portland. Con un preciso control en defensa, el quinteto de Los Ángeles apuró sus posesiones hasta alcanzar favorables condiciones de tiro. A los cinco minutos, el marcador era suyo (14-9). Este dato mereció una doble lectura. Por un lado, evidenció quién dominaba en esos momentos en la pista. Por otro, probó el ritmo lento de los Lakers.

La primera reacción local se insinuó cuando Terry Porter y Clyde Drexler decidieron dedicarse a frenar a Johnson. Esta rigidez defensiva, unida a rápidas transiciones y a una feroz lucha en el rebote, permitió alcanzar el tercer cuarto sin grandes márgenes en el marcador. Fue en ese tiempo cuando Portland encauzó la situación, al aprovechar la ausencia de James Worthy, lesionado en un tobillo en el primer cuarto y muy disminuido, hasta la retirada, en el segundo.

Cambio de guión

El partido recibió entonces un guión radicalmente distinto. No llegó a jugar bien Portland, pero, tras dos parciales en su contra (23-25 en el primer cuarto y 47-51en el segundo), cerró la tercera parte con 75-68 a su favor, recuperación fraguada tras un parcial de 28-18. La faceta reboteadora marcó el partido en el último cuarto. En este aspecto, Portland, mucho más entregado por saberse al borde de la eliminación, mostró más solvencia y agresividad, mientras que los Lakers dieron la sensación de dar por bueno un aplazarniento en la resoluel ón de la eliminatoria.El estético Showtime, término con el que se definió durante años el juego virtuoso y encendido del equipo de Los Angeles, ha dado lugar a planteamientos mucho más rigidos, conservadores y mecánicos.

La aportación de Magic Johnson al nuevo libreto de juego californiano está resultando primordial en esta semifinal. Las rodillas del Johnson requieren amorosos y tiernos cuidados después de cada exhibición, pero aguantan. Ahí están los 29 puntos que consiguió ayer contra Portland, la mejor marca del partido.

No fue suficiente, sin embargo, la actuación del genial base ante un equipo que luchó con la entrega del que se sabe condenado. Portland tiene como rival no sólo a un gran equipo, sino también a la tradición, que dicta que sólo cuatro clubes en toda la historia de la NBA fueron capaces de remontar un 3-1 en contra.