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Ben Johnson pasa hoy su primer examen en la pista grande

Santiago Segurola

Tan lacónico como siempre, Ben Johnson declaró ayer con un monosílabo que todavía se siente el hombre más rápido del mundo. "Sí", contestó a la pregunta. Johnson fue muy escueto en Granada, donde esta tarde disputará su primera carrera de 100 metros desde el célebre escándalo de Seúl, en 1988. Han transcurrido 33 meses desde entonces, pero el mundo se pregunta aún si Johnson será capaz de repetir algún día aquella proeza.

Johnson no despejó ninguna duda sobre su estado actual. Cuando se le pidió un pronóstico sobre la marca que pretende realizar hoy, el atleta canadiense prefirió ceder la palabra a Clyde Dunkin, su nuevo entrenador. El cambio de técnicos quizá explica algunas de las dificultades que ha encontrado Johnson en los últimos meses. Primero fue el estadounidense Loren Seagrave; luego se dejó aconsejar por su compatriota Desai Williams, y desde hace ocho semanas recibe órdenes de Dunkin, otro técnico estadounidense. Dunkin tampoco quiso aventurarse sobre la marca de Johnson en Granada. Dijo que su atleta estaba fuerte, en buena forma, sin ningún problema. "Espero que gane", señaló.Johnson manifestó que se sentía satisfecho con su rendimiento en los últimos meses, tras su regreso a las pistas. Achacó su deficiente resultado en los recientes Mundiales en pista cubierta a un exceso de carreras: "Corrí demasiadas veces durante la temporada de invierno. De lo contrario, creo que podía haber ganado en el Mundial de Sevilla. Pero, en general, estoy feliz con mi trabajo. He recuperado la confianza y me siento bien".

El atleta canadiense admitió que ha sufrido una extraordinaria presión desde su retorno a la competición. "No estaba al cien por cien de mis posibilidades y tenía todas las miradas sobre mí. Ahora me encuentro mucho mejor", dijo. Ben Johnson llegó a cuantificar su estado con respecto al nivel que tenía en sus mejores momentos. "Considero que durante los dos años de sanción he perdido un 8% de mi potencia. A la vista de mis progresos durante los entrenamientos y en el gimnasio con las pesas, creo que he recuperado un 5% de mi poder. Sólo me resta un 3% para alcanzar las prestaciones de hace tres años. Creo que el margen de mejora es satisfactorio".

Pérdida de potencia

Su preocupación máxima durante los últimos meses ha sido la pérdida de potencia. En las vísperas del Mundial de pista cubierta, Johnson declaró que su velocidad era semejante a la de sus mejores días, pero confesó que tenía problemas con su falta de fuerza. Esta limitación dañó severamente sus salidas durante la temporada invernal.Johnson confirmó que se enfrentará a Carl Lewis el día 1 de julio en la localidad francesa de Villeneuve D'Ascq. Dijo el canadiense que no sentía ningún temor hacia Lewis o Leroy Burrell. "Habrá que esperar a la carrera, pero siempre hay que confiar en mí. Nadie esperaba que lograra el 9.79 que conseguí en los Juegos de Seúl, y sin embargo lo conseguí. Sucediera lo que sucediera en Seúl, la marca está ahí". Interrogado sobre sus posibilidades para bajar de los diez segundos, Johnson manifestó que era un objetivo a su alcance. De hecho fue más lejos: aseguró que volvería a sus viejos registros.

La carrera de Granada parece accesible para el velocista canadiense. Su principal adversario será el estadounidense Dennis Mitchel, quinto en la final olímpica de Seúl. Sin embargo, Mitchel ha perdido pujanza desde entonces. Sus marcas han declinado en los últimos tres años. Ahora mismo Mitchel es un secundario en el reparto de velocistas norteamericanos. El resto de rivales no parece en condiciones de atacar a Johnson, ni siquiera al Johnson vacilante visto este invierno. Ni el búlgaro Nikolai Antonov -un especialista en 200 metros- ni el sevillano Luis Rodríguez alcanzan el rango para doblegar a Johnson.

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