Asesinato en la India

Quien quiera que asesinara a Rajiv Gandhi el pasado martes ha golpeado a la democracia de la misma forma que lo hicieron los asesinos de su madre hace siete años. Pero la democracia sobrevivió entonces y hay razones para esperar que ésta responda firmemente ahora.( ... ) El pueblo indio tiene una extraordinaria oportunidad en las elecciones de castigar a los asesinos eligiendo a líderes hábiles y templados. El único consuelo que tiene el país hoy es que posee tales candidatos. Desde la independencia del país en 1947 hasta la muerte de Indira Gandhi en 1984, la India dependió excesivamente de una unica dinastía y de un único movimiento político, el Partido del Congreso. (...)

Cuando la democracia india llegó a la mayoría de edad, el dominio de sus fundadores fue remitiendo. El primer gran examen fue en 1977, cuando Indira Gandhi perdió el poder a consecuencia de las protestas contra sus 19 meses de Gobierno de emergencia. Un segundo examen siguió al impresionante retorno de Indira en 1980 y al aumento del separatismo sij en Punjab: los extremistas sijs asesinaron a Indira Gandhi, y, casi a la desesperada, su partido y el país recurrieron a su hijo, Rajiv.

( ... ) Ahora, tras la muerte de Rajiv Gandhi, la India se enfrenta a su tercer gran examen: puede tener éxito si se busca y castiga a los verdaderos asesinos, como una cuestión de justicia, y así restaurar su compromiso con la democracia.

22 de mayo