Centrado estoy
La campaña popular busca captar electores del CDS y PSOE
La campaña del PP descansa en lo que estima su mejor reclamo electoral: su presidente, José María Aznar. Éste recorre España en avión y en coche privados con el doble objetivo de arropar a sus más de 1.200 candidaturas y emitir el mensaje subliminal de que son unas primarias en su andadura hacia la Moncloa. De paso, procura despejar toda duda entre propios y extraños de que él será el futuro aspirante a la presidencia.
En los mítines, Aznar sólo rivaIiza con el candidato a alcalde local y el aspirante a presidente autonómico, bajo la sonora ausencia de la casi totalidad de las figuras del partido.La resistencia de Aznar a entrar en el cuerpo a cuerpo propiciado por Felipe González es explicado así por sus asesores: "Entrar en las descalificaciones impediría defender el programa. Además, Felipe entendió que se equivocó en el mitin de Valencia al usar el lenguaje de Guerra. No lo ha repetido". Aznar se quiere pasear con ropaje de estadista. Sus asesores niegan que tema un severo revolcón en una pugna dialéctica con González, con quien casualmente guarda poderosas semejanzas al mitinear: súmese sempiterna cazadora; pausas en las que interroga al público; manos apoyadas sobre el atril; repetidos gritos de "Ies vamos a ganaaar", y se tendrá una inevitable sensación de dejá vu.
Nunca critica directamente al vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, pese a las repetidas entradas en falta de éste. Los informadores consideran hito histórico que empezara a nombrarlo siquiera en el mítin de Salamanca: "¿Cuándo se vota PSOE, que se está votando? ¿El PSOE que representa Benegas, Guerra... [los asistentes rugen en este punto 'nooo...'], Borrell o González".
Si en la forma recuerda a González, el fondo del discurso adquiere más que semejanzas con la campaña socialista frente a UCD, en 1982.
Es el partido "del compromiso ético", de las "libertades". Se dirige sin rubor a los votantes socialistas. "Nueve años de gobierno contemplan al PSOE. Nueve años que os han llevado del engaño al desengaño, pero ahora van a llevarnos al cambio con el PP". "El PSOE está fragmentado, dividido, luchando por el poder entre sus clanes. Esa sensación de Estado cansino, de rutina de que las cosas no puede ir mejor, es la sensación que tenemos que vencer ( ... ) Hoy votar PSOE es votar pasado ( ... ) Y yo le recuerdo a González que España funcione significa que la justicia funcione y que funcione el correo; el transporte, las infraestructuras"...
Cosecha las mayores ovaciones cuando aborda el terrorismo o el tráfico de drogas. En ámbitos rurales, menudean los bravo cuando repite: "González dice que sobran 50.000 agricultores; pues yo digo que no sobra ninguno, sobra González". En plena psicosis de raptos, "el PP es el partido de las libertades para que los jóvenes vuelvan seguros por la noche a sus hogares". Algunas de estas perlas oratorias -"ladran, luego cabalgamos"- emanan de los argumentarios, con las cuestiones que se deben evitar o abordar en cada mítin, que reparte diariamente a los candidatos el comité electoral del PP.
Nunca cita al CDS ni a Suárez, aunque reclama su electorado: "Aquí no hay más alternativa que el PP o la alianza de socialistas y comunistas". Y llegado a este punto, se convierte en el primer líder de la derecha española, por centrada que esté, que pide el voto para el PCE. "Yo entiendo al que vota a los comunistas. Los comunistas son más coherentes con sus orígenes que los socialistas, que los han perdido".
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