La dimisión de la presidenta de gimnasia, precipitada por problemas federativos
Los motivos de la dimisión de Carmen Algora, presidenta de la Federación Española de Gimnasia, no han sido únicamente de salud, sino producto de la conflictividad de su gestión. Aunque por prescripción médica se le haya aconsejado un estricto descanso debido al estrés, ella misma ha admitido la "incomprensión" incluso de sus propios colaboradores. El mandato de Algora ha ido subiendo en dificultades, desde su primer nombramiento en 1984, y curiosamente cuando la gimnasia ha tenido los mayores éxitos.
Resulta muy raro que esta dimision se haya producido a poco más de un año de los Juegos Olímpicos de Barcelona Carmen Algora se ha caracterizado siempre por ser una presidenta muy luchadora y no parece normal que sólo por un estrés abandone precisamente ahora, cuando la atracción por la gestión obligaría a todo lo contrario. De hecho, casi ningún presidente lo ha hecho, aunque algunos se encuentren últimamente inmersos, ya en situaciones delicadas como han sido los casos de vela o baloncesto. Sólo el de pelota lo ha tenido que hacer porque su caso era insostenible.Carmen Algora ya había presentado su dimisión anteriormente, en cuanto salieron a la luz anónimos acusándola de lucrarse personalmente de su puesto en la federación. En su segunda etapa como presidenta, tras ser reelegida en 1988, un fuerte conflicto se produjo al despedir de la federación a la directora técnica, Mari Carmen Albertos, y a su marido. Algora, acusada de dictatorial, se ha caracterizado siempre por su fuerte carácter y por una actitud beligerante en defensa de lo que entiende como mejor para la gimnasia.
El éxito ha acompañado su gestión, especialmerite en la parcela femenina, pero ha generado múltiples discusiones por el camino. No sólo en la federación, y especialmente con las federaciones territoriales, sino con el ADO, por el número de gimnastas becados, que siempre le han parecido pocos.
Algora ha negado cualquier "desarreglo" en las cuentas de la federación y se va criticando al Comité Olímpico Español por guardar dinero procedente de Barcelona 92 -con el que creará una fundación- sin dedicarlo al deporte.
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