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El Central logra absorber al Hispano en la segunda gran fusión de la banca privada

Dos semanas después de que el Gobierno anunciara la fusión de la banca pública, el sector privado sigue el mismo camino. El Central, que ya había intentado en tres ocasiones absorber al Hispano Americano, logró ayer sus propósitos. La entidad que preside Alfonso Escámez, de 76 años, se fusionará con la de José María Amusátegui, de 58, para crear uno de los tres mayores bancos de España. La operación puede generar 90.000 millones de pesetas en beneficios físcales.

Los accionistas del Hispano recibirán cinco acciones del Central por cada seis suyas. La operación, llevada en secreto por los presidentes, se aceleró como consecuencia del intento de otro de los siete grandes, el Santander, de tomar posiciories, amigablemente, en el Central. Mariario Rubio, gobernador del Banco de España, se enteró del acuerdo entre Escámez y Amusátegui el lunes por la noche, en Basilea. El nuevo banco se llamará Central Hispanoamericano y se colocará, junto con el BBV (producto, a su vez, de la fusión del Bilbao y el Vizcaya, en 1988) y la Corporación Bancaria de España (CBE, de propiedad pública), a la cabeza del sector. El Central es propietario de uno de los más importantes grupos industriales del país. Escámez se mantendrá como presidente de la nueva entidad como mínimo hasta junio de 1992 y como máximo hasta fin de ese año. Le sucederá Amusátegui, encargado además de dirigir y coordinar el proceso como director ejecutivo.La fusión ha sido bien recibida por las autoridades económicas, pero ha creado incertidumbre por los problemas históricos de ambos bancos y, por la falta de liderazgo de sus directivos. Los sindicatos, por su parte, temen perder 10.000 empleos.

Páginas 53 a 56

Editorial en la página 14

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