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Carnaval en Cádiz a costa del Barcelona

. Todos parados. No fue ayer, pero puede ser hoy. Lo que es seguro es que será este año. Seguro. Un voluntarioso y electrizante Cádiz frustró ayer lo que podía haber sido una gran celebración. Una fiesta nocturna por las calles de Barcelona, en la antesala de la Recopa. Sin embargo, puede que el mismo equipo que ayer transmitió decepción y desconfianza con vistas a Rotterdam, se dé cita esta noche en el Camp Nou para iniciar el paseillo por las Rambles, siempre que el Atlético pierda en Atocha.Si les cuento lo que sucedió ei el minuto 40 de luego, lo entenderán todo. Y comprenderán el tamaño de la humillación que uno de los que lucha por eludir el descenso le infligió al campeonisimo, que sentó a media Cataluña ante la tele, y encerró en sus casas a los candidatos a la alcaldía barcelonesa.

Verán. A los 40 minutos, a las seis menos cuarto de la tarde, toda la tribuna del estadio Ramón de Carranza se puso en pie. Alguien chilló "uno, dos y tres", y 5.000 personas gritaron "!Núñez! ¿sabes lo que te digo?, ¡qué poco me gusta ese tío!" Y Núñez, y Casaus, y Gaspart, la viva imagen de parte del barcelonismo, pidió que el palco se los tragase.

Aquella paráfrasis del Dúo Sacapuntas no era más que el vivo reflejo de lo que sucedía sobre el campo, donde 11 amarillos habían acabado en cuestión de minutos con la mayor celebración de todos los tiempos.

Hubo quien especuló con la posibilidad de que los barcelonistas retrasaran el alirón hasta el próximo domingo. Motivo: si perdían la Recopa, tenían un buen cartucho para enjugar las lágrimas de su afición tres días después. Lo cierto es que la pobre impresión que ofrecieron ayer los azulgrana -nada acorde con los anteriores nueve meses- da que pensar.

Se lo explico en minutos y verán que fue una de las mayores vergüenzas de los últimos años azulgrana. A los tres minutos, Zubi se jugó la vida ante José. A los cinco, el Cádiz ganaba ha de uno. A los ocho, Zubi salva milagrosamente un remate, en solitario, de Dertycia. A los 14, el árbitro les birla un penalti a tos de casa, un clamoroso derribo de Soler a José. A los 18, Quevedo le mete el segundo a Zubi, que ya no sabe donde meterse. A los 30, se levanta el estadio y empieza a cantar "¡esto es carnaval, esto es carnaval!". A los 32, !toma!, 3-0 de mister Proper. Y el estadio vuelve a levantarse para entonar el "¡campeones, campeones, oe, oe, oe!". Y, a los 40, ya saben, "!que poco me gusta ese tío!".

¿Les cuento la segunda parte? Para qué, ¿no? Bueno, pues sigo. A los tres minutos, otra vez Quevedo marca el cuarto. ¿Sigo? Vale, pues sigo. A los nueve minutos, Zubi ha de jugarse la vida ante el renombrado Quevedo. Como habrán podido apreciar por el relato, el Barcelona ni tiró a puerta. Y pensar que TV3 pagó 21 millones al Cádiz para que lo viera toda Cataluña...

Me olvidaba. Cuando faltaban cinco minutos, la tribuna empezó a gritar "!que salude, que salude!" Y Núñez, que sabe que hoy, mañana o pasado estará en el balcón del Ayuntamiento, saludó.

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