El 'enemigo público numero uno'
Pocos vecinos de la zona suponían que aquel tipo, de 25 años, era uno de los delincuentes más buscados, que había llegado a convertirse en auténtico enemigo público número uno. En septiembre de 1987 mató a tiros en Valladolid a un policía local, a un guardia civil y a un industrial que se le cruzó en el camino. Luego fue detenido y el tribunal lo condenó a 113 años de prisión.Pero el pasado mes de febrero logró evadirse en Valladolid del furgón celular en que era trasladado desde Alcalá Meco a la prisión de Burgos -junto con José Campillo Nin, Antonio Vázquez Vázquez, José Romero Chulía que fueron capturados posteriormente- y decidió poner tierra de por medio y marcharse a Andalucía.
En Salobreña, el 8 de marzo, cuando iba a ser identificado, disparó a quemarropa contra un brigada de la Guardia Civil que sufrió lesiones muy graves. Durante su estancia en Salobreña vivió en casa de un concejal del ayuntamiento de Motril aprovechando su ausencia.
Consumió los alimentos que había en la despensa y evitó abrir el grifo o vaciar la cisterna para que no lo descubrieran.
En Málaga, una semana después, secuestró a un teniente coronel de la Guardia Civil, y en compañía de otros tres individuos, Manuel Suárez Quintanilla, Armando López Martínez y el tal Bonilla, perpetró varios atracos en las provincias de Málaga y Almería.
El brigada malherido en Salobreña fue quien reconoció a Garfia y el que puso en alerta a la Policía y la Guardia Civil de toda la Costa Oriental de Andalucía. Garfia sólo abandonaba sus escondites para participar en los actos deictivos y dejaba sobre los tres compinches la responsabilidad de elegir el lugar y planear las fechorías.
Los dos detenidos, junto a Armando Lopez y Manuel Suárez, apresados el lunes en Málaga y Adra (Almería), respectivamente, fueron trasladados ayer a la comisaría de Málaga.
Los jueces deben determinar ahora si Garfia debe declarar en un juzgado de Granada o de Málaga, o en los dos sitios, ya que en ambas ciudades se instruyen sumarios contra él.
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