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Indignación de los corredores por el desastroso traslado de Palma de Mallorca a Barcelona

Robert Álvarez

Los errores de organización en el desplazamiento de corredores desde Palma a Barcelona provocaron la indignación de los equipos participantes y un conato de plante en el kilómetro 0 de la etapa de ayer. La noche del lunes al martes se convirtió en una jornada maldita para los corredores, muchos de los cuales llegaron a sus alojamientos pasada la medianoche, tras soportar esperas de hasta cinco horas y sin haber podido descansar. Algunos jefes de fila se salvaron de la paliza gracias a los reflejos de sus directores, que decidieron embarcarlos en vuelos regulares a la vista del cariz que tomaba el asunto.

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"Hemos estado tres horas en el aeropuerto de Palma esperando al avión, después de que saliéramos escopetados desde Cala d'Or. con el tiempo justo para darnos una ducha pero sin haber recibido masaje ni haber cenado y resulta que hemos tenido tiempo hasta para leer un libro", indicó uno de los corredores españoles perjudicados por la cadena de fallos que alargaron de forma desesperante el viaje entre Palma y Barcelona. El vuelo debió haber partido a las 19.30 pero finalmente lo hizo pasadas las 22.30 horas. Luego, se encontraron graves problemas para encontrar medios de locomoción que les trasladaran al hotel; la organización no dispuso autobuses y se produjo una singular caza del taxi, luego de haber esperado mucho tiempo para recibir el equipaje o acudir a recogerlo en persona.Algunos de los corredores españoles decían envidiar a los equipos extranjeros que presumiblemente ya debían haber llegado hasta Gerona en otro vuelo charter. Sin embargo, la aventura de los componentes del Postobón, Carrera, Telekom, PDM y otros grupos foráneos propició idéntica indignación en sus protagonistas. Christian Rumeau, director del RMO francés, explicó que estuvieron retenidos durante más de dos horas en el avión en el que teóricamente debían viajar. "Resulta que la típica broma de la puerta que no se cierra se hizo realidad y al final tuvimos que cambiar de avión". El simpático director deportivo francés ironizó: "No me quejo. Llegué al hotel de Lloret a medianoche y a las doce y media estaba leyendo un libro".

"Tendríamos que quedarnos aquí toda la noche y que la etapa no se disputara, tal vez así aprenderían a organizar mejor las cosas"., estalló indignado uno de los pocos ciclistas que pudieron viajar en una de las plazas libres que quedaron en el vuelo regular que sobre el papel debía haber salido desde Palma de Mallorca dos horas después de los dos charters en los que iban a trasladarse los participantes de la Vuelta hasta Barcelona.

La rápida gestión de Manuel Sáiz, Javier Mínguez y Rafael Carrasco, tras haber montado en cólera por el retraso de los vuelos, hizo posible que algunos de sus corredores del ONCE, Amaya y Kelme respectivamente, pudieran llegar a Barcelona sobre las diez y media. de la noche. Entre ellos estaban Laudelino Cubino, Fabio Parra y el líder de la Vuelta, Melchor Mauri. Este último se congratulaba de haber llegado a Barcelona. "Ya estoy más cerca de casa", ironizaba el ciclista catalán que en la etapa de hoy tendrá ocasión de pasar por Vic, la ciudad en la que nació hace 25 años. "No creo que hagamos ningún plante. Es más bien un comentario que hemos hecho mientras esperábamos en el aeropuerto de Palma. Ello nos perjudicaría a nosotros mismos pero no hay derecho a lo que nos han hecho porque afrontamos la etapa de Lloret sin haber descansado un mínimo para recuperar fuerzas y eso, en un deporte como el ciclismo, es algo sagrado".

Kilómetro cero

En el kilómetro "0" de la etapa de ayer varios corredores llegaron a corear durante algunos segundos y aunque no de forma unánime, sí de forma perfectamente audible, uno de los gritos con los que suelen hacer patentes sus protestas: "Gadea, cabrón, trabaja de peón". Alberto Gadea trabaja en Unipublic, empresa organizadora de la Vuelta y de numerosas carreras españolas, en calidad de director técnico, es decir uno de los máximos responsables de la elección del recorrido de las mismas.

La escena se produjo mientras José María Caroz, presidente de la Asociación Española (le Ciclistas Profesionales (ANCP), hizo pública la protesta de los corredores. "Queremos mostrar nuestra oposición a la forma en que ha estado organizada esta Vuelta a España en la que se ha perdido la sensibilidad humana hacia los corredores. Los problemas por los traslados a Mallorca han sido la gota que han colmado el vaso en una carrera en la que priman los intereses económicos". Caroz acusó directamente a Unipublic: "Son los máximos culpables y no entendemos como sabiendo los condicionantes del país organizan dos etapas en Mallorca sin prever una jornada de descanso". Caroz habló en nombre de todos los corredores, cuyos representantes -Induráin, Cubino, Lejarreta, Parra, Alcalá y Glovannetti entre otros- se reunieron poco antes en el control de firma.

Gadea, una vez conocida la posición de los corredores, manifestó: "Ya antes de empezar la Vuelta todos sabían su recorrido y que debían desplazarse hasta Palma de Mallorca. Aquí, en España, todos se quejan pero cuando corren fuera de nuestro país lo aguantan todo sin rechistar". El director técnico de la ronda española admitió que se produjo "un retraso de un vuelo en Palma pero el resto de fallos no se nos puede achacar todos a nosotros. Me parece inadmisible que se haya llegado al insulto personal y que se haya elegido el kilómetro 0 de la etapa para hacer una conferencia de prensa".

Los ciclistas ya habían insinuado su malestar por algunos aspectos de la organización. Las quejas, anteriormente, se habían centrado en el excesivo kilometraje de la tercera a la sexta etapa que les llevó desde Badajoz hasta Valencia tras haber recorrido 930 kilómetros. En otra ocasión fue Lejarreta quien protestó a los organizadores por la presencia de una barra de hierro en la carretera que originó la caída de Dimitri Konishev.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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