De la inmortalidad de la represión
La peor consecuencia de la represión es que sobrevive, crece y llega a dominar, metamorfoseada, en los libertadores que creyeron vencerla.¿Cómo no reconocer los viejos trajes de los antiguos tiranos en las nuevas hechuras de los libertadores? ¿En qué se convierten los héroes y mártires que nos redimieron de la represión de las lenguas y culturas autóctonas, de la represión del judaísmo, o del cristianismo, o del fascismo y el comunismo? En represores de otras lenguas y culturas, de otros pueblos sin patria, de los desheredados del mundo, de la libertad de pensamiento y expresión. Y los que nos liberen de ellos, entre banderas blancas, verdes, azules y rojas, héroes entre férvidas y rornas muchedumbres, estarán también manchados con la sangre inmortal de Caín.-
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