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Condenado a 14 años de prisión el 'violador del seiscientos'

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid condeno ayer a José Luis Gil Salgado a 14 años de prisión menor y 10 millones de pesetas de indemnización como autor de la violación, el 5 de mayo de 1990, de la joven María Dolores M. N., de 19 años. en un Seat 600.

El fiscal había solicitado 15 años de prisión y 10 millones de pesetas de indemnización para el acusado; la acusación particular, la misma pena privativa de libertad y 25 millones de indemnización, mientras que la defensa del procesado solicitó su absolución.

Según la sentencia, José Luis Gil, de 39 años, circulaba la noche del 5 de mayo del año pasado con su automóvil por la zona de Moncloa, cuando. al ver a María Dolores cerca de la parada del autobús, se detuvo y le preguntó por el camino que debía seguir para ir a Puerta de Hierro. La joven indicó que ella iba en esa dirección, por lo que subió al automóvil.

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Los jueces estiman que la declaración del violador no fue "sincera"

Viene de la página 1Al llegar a una zona próxima a la casa de María Dolores, ésta le pidió que detuviera el coche para apearse, pero el, conductor no hizo caso y siguió hasta un lugar cercano, donde amenazó a María Dolores si no acataba sus órdenes. La joven no pudo huir ya que a la puerta del coche le faltaba la manilla que permite la apertura de la misma.

Gil Salgado, con antecedentes penales, volvió a arrancar su viejo Seat 600 y se dirigió a otro lugar próximo, donde obligó a la muchacha a que le masturbara y, tras desnudarla, la violó. A continuación dejó a María Dolores en las inmediaciones de su domicilio de Puerta de Hierro.

Dos días más tarde, María Dolores vio a su agresor en las calles del distrito de Moncloa y consiguió anotar la matrícula del seiscientos (M-855.091) y denunciar los hechos en la comisaría del distrito de Universidad. La policía detuvo a José Luis Gil.

En los fundamentos de la prueba, los magistrados, presididos por Pedro Javier Rodríguez, recuerdan una sentencia del Tribunal Supremo en la que se indica que en este tipo de delitos suelen existir otros elementos de prueba que las versiones dadas por la víctima y el procesado", puesto que lo lógico es que no haya testigos presenciales.

Distintas versiones

En este sentido, los magistrados de la Audiencia Proviricial de Madrid afirman en la sentencia que el encausado ofreció cuatro versiones distintas de los hechos, y coinciden con los médicos forenses en que la declaración formulada por José Luis Gil no era "sincera".

Por contra, los jueces consideran "clara, concisa, contundente y sin contradicciones" la versión de la joven violada, y subrayan que no es necesario que la víctima de una violación realice una "heroica y extenuante resistencia que, a veces, injustamente, se ha exigido como única prueba convincente de la falta de consentimiento de la mujer".

El tribunal estima que ha quedado suficientemente acreditado que María Dolores fue víctima de una violación, según se deduce de su contundente declaración y por el hecho de que acudiese rápidamente a dos hospitales para ser reconocida, por lo que la sala estima que su declaración se ajusta plenamente a la realidad.

La sentencia añade que "la víctima opuso una resistencia de suficiente entidad, por lo que no puede sostenerse que no utilizase hasta el límite cuantas posibilidades de defensa tenía a su alcance".

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