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González aspira a seguir gobernando incluso en coalición

El presidente del Gobierno español, Felipe González, aspira a permanecer en actividad en la cúpula política de España todavía por mucho tiempo; si fuese necesario, incluso, al frente de un Gabinete de coalición. Así lo declara en una entrevista que publicó, ayer el diario conservador alemán Franfurter Allgemeine, en vísperas de la cumbre hispanoalemana que reunirá mañana y pasado en Lanzarote al presidente, del Gobierno español y a su colega germano, Helmut Kohl.González quita importancia a las actuales diferencias internas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aunque expresó el deseo de que las disputas entre, dirigentes del partido y ministros, se realicen en un tono menos violento y agresivo.

"El partido desempeña un papel muy importante. No sólo porque nuestro partido, el único con fuerte representación en todas las regiones y en las diferentes capas sociales, constituye una especie de espina dorsal política del país: la democracia se articula, al fin y al cabo, en torno a los partidos políticos" recalcó. La parte central de la entrevista se refiere al futuro de la Comunidad Europea (CE), entre cuyos jefes de Gobierno ve el rotativo alemán al presidente español como un propulsor y moderador "muy apreciado". González declara tajantemente, sin embargo, que en sus planes de futuro no entra la sucesión de Jacques Delors al frente de la Comisión de la CE, un cargo que algunos de sus viejos amigos, como los socialdemócratas alemanes Helmut Schmidt y Willy Brandt, parecen haberle recomendado.

"Los periódicos que escriben que con mi defensa de la unión política estoy creándome una plataforma en Bruselas, se engañan. Los que me conocen desde hace tiempo saben que la unificación europea fue siempre una de mis metas políticas más importantes", dice. El presidente del Gobierno español afirma en la entrevista que los cambios en la Europa del Este y la unificación de Alemania han acelerado el proceso de unificación política y económica, en el que influyó también considerablemente el último conflicto del Golfo Pérsico, que hizo comprencler a la CE la urgente necesidad de una común política exterior y de seguridad.

"La Comunidad no pudo desemperiar un papel en la crisis del Golfo porque carecía del instrumento de una política exterior y de seguridad común, y sin verdadera unidad política no habrá tal instrumento, ni tampoco se alcanzarán los comunes objetivos económicos, políticos, sociales y multiculturales", precisó.

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