Benegas desautoriza a Solchaga y asegura que sólo tiene en cuenta la opinión de González

La guerra entre la Ejecutiva del PSOE y el ministro de Economía, Carlos Solchaga, está servida. Para dirimirla a su favor, el secretario de organización, Txiki Benegas, apeló ayer a la autoridad del propio Felipe González, que en su doble condición de presidente del Gobierno y secretario general del PSOE se ve metido en una nueva refriega entre dos tendencias del socialismo español. "La única opinión a la que concedo valor es a la que exprese Felipe González", declaró Benegas. Salía así al paso de las dificultades técnicas planteadas por Solchaga a la promesa electoral socialista de subsidiar con créditos blandos la compra de 400.000 viviendas en cuatro años.

Las fricciones entre el aparato del PSOE y el Gobierno tras el 32º congreso del partido, la dimisión de Alfonso Guerra y la formación del nuevo Ejecutivo han experimentado así un súbito calentamiento. Este elevado tono en la contestación a Solchaga fue seguido ayer como si se tratara de una consigna por parte de numerosos diputados socialistas.Su portavoz, Eduardo Martín Toval, no dudó en recomendar que, una vez que la dirección socialista ha acordado el citado plan, al Ejecutivo sólo le resta "coger hilo y aguja y ponerse a trabajar" para encontrar la solución adecuada para que se cumpla el compromiso electoral. "El grupo parlamentario apoya al Gobierno en el cumplimiento del programa electoral del partido socialista, y en la medida en que las propuestas sobre vivienda forman parte del programa del partido, el Gobierno y el grupo tendrán que aplicarlo", explicó Martín Toval.

En idéntica línea, Carmen García Bloise, miembro de la Ejecutiva del PSOE, dejó muy claro que los socialistas han resuelto grandes dificultades, "así que el Gobierno debe buscar las soluciones más adecuadas para realizar el programa del PSOE". Benegas aseguró, además, que el PSOE mantendrá la promesa electoral "tal y como acordó la ejecutiva".

El ambiente entre los integrantes del Grupo Parlamentario Socialista era todavía más tenso de lo que podía deducirse de las declaraciones de Martín Toval. En los pasillos podían escucharse conversaciones del siguiente tenor entre diputados de su partido: "Solchaga ya nos ha hecho la campana; se ha debido enterar de que el PP sacaba pocos alcaldes y les ha echado un cable", o "el ministro ha sabido que vamos a sacar un 60% de los votos y le ha parecido excesivo".

Este enfrentamiento pone de relieve un nuevo modelo de relaciones entre el PSOE y el Gobierno, donde cada uno intenta de fender su respectiva autonomía Es ésta la primera escaramuza visible producida después de la salida de Alfonso Guerra de la vicepresidencia. El nuevo vicepresidente, Narcís Serra, aún no ha sido convocado por el grupo parlamentario.

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