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GENTE

Estefanía de Mónaco

La princesa presenta en Madrid su última grabación musical

Rocío García

La princesa Estefanía de Mónaco se encuentra estos días en Madrid dentro de una gira por distintos países europeos para promocionar su segundo disco: Stephanie. Junto con dos guitarristas, una corista, su mánager su servicio de seguridad y un perro, la princesa, de 26 años, dedicó la tarde de ayer a conceder entrevistas a los medios de comunicación. En un ambiente de nerviosismo, rodeada de una enorme parafernalia y encerrada en un local de moda madrileño, Estefanía de Mónaco se fue sometiendo a las preguntas de los periodistas, advertidos previamente por los responsable de su casa de discos de que se tenían que ceñir estrictamente a su carrera musical.El día había comenzado con sobresaltos. Su salida de los estudios de la cadena SER en la Gran Vía madrileña terminó a paraguazos y golpes. Un numeroso grupo de fotógrafos se había abalanzado sobre la princesa, quien, tras sufrir tirones de pelos y la pérdida de un collar, subió llorosa al coche.

La princesa recibió a los periodistas vestida con unos pantalones vaqueros, una camisa de color azul añil y una cazadora de cuero negro. Todo era muy rápido. Le tocaba el turno a un periodista, le guiaban hasta el lugar escogido, le indicaban la silla donde se debía sentar y al momento llegaba la princesa de un saloncito contiguo y, sin saludar, se sentaba en su sitio. Estefanía de Mónaco, que demostró mayor naturalidad de la que pretendieron insinuar sus asistentes, dijo que su nuevo disco introduce "un aire fresco" en el panorama musical actual. "MI vida es la música", -aseguró sonriente y sin dilaciones- "y mi futuro lo veo claramente en este campo". Estefanía anunció próximas giras musicales. "Tengo un montón de ganas de subirme a un escenario y de tener un contacto directo con el público. En este momento estoy, muy liada y tengo la agenda muy ocupada, pero será pronto".

Sobre la canción que aparece en su disco, Words upon wind, y que está dedicada a su madre, Estefanía dijo: "No quiero que la gente crea que es una canción triste, es una canción positiva, quiero transmitir una sensación de fuerza y una expresión de cariño a todas las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido". El celo profesional de los responsables de la casa de discos les llevo incluso a tratar de impedir que la princesa respondiese a una pregunta sobre si ella tuvo intención de escribir y dedicar una canción al marido de su hermana Carolina, muerto en accidente en octubre. Estefanía quiso contestar y dijo: "Sí, sí. Me lo preguntan en todos los países. Es imposible. El disco estaba terminado en junio, así que no puede ser".

La princesa no ve incompatible una vida familiar con su carrera musical. "Yo quiero tener hijos, pero creo que hay que elegir bien el momento y Cuando llegue ese instante seré consciente de que hay que dedicarles un tiempo y de: que la música deberá quedar relegada".

Si los redactores se tuvieron que conformar con siete minutos, los fotógrafos se las debieron arreglar con uno, no sin antes ser obligados a Firmar un papel escrito a mano en el que se comprometían a no vender, regalar o publicar en otros medios distintos a los suyos las cuatro fotos que les dio tiempo a sacar de la princesa, que tiene una exclusiva con una agencia fotográfica.

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