Olzábal, a un golpe de los líderes en Augusta
Los estadounidenses Lanny Wadkins, Mark McCumber y Jim Gallagher encabezan, con 67 golpes (cinco bajo par), el Masters de golf de Augusta tras la primera vuelta. José María Olazábal comparte la cuarta plaza, con 68, con el japonés Masashi Jumbo Ozaki y los también norteamericanos Jack Nicklaus, Tom Watson y Fred Couples. El inglés Nick Faldo, bicampeón en 1989 y 1990, sólo pudo concluir con 72. Peor le fue a Severiano Ballesteros, que, con 75, es el 70º entre 86 participantes, y terrible al australiano Greg Norman, casi colista con sus 78.
Olazábal confirmó que hay que contar con él. Por supuesto, tiene muy difícil el triunfo porque la competencia es muy fuerte y las lluvias de los días precedentes han dejado los greens húmedos, por lo que retienen bastante las bolas en su aterrizaje, detalle que beneficia a la mayoría de los jugadores. Pero, en definitiva, su puesta en acción estuvo a la altura debida. Sus 68 golpes (cinco birdies por un bogey le situaron entre los elegidos. Su entrada en danza fue espectacular al ser Nicklaus y él los únicos en alcanzar sendos birdies en los hoyos 1 y 2. El putter, que le preocupaba en la víspera, se hizo su amigo. Así, como no acostumbra a extraviarse en las calles ni en sus aproximaciones a las banderas, la pelota no tenía más remedio que rodarle a la perfección.Su momento más tenso lo vivió en el 6, en el que tanto su lanzamiento como 21 del norteamericano Hale Irván. que caminaba a su lado, habían caído en el borde del green para deslizarse ladera abajo. La bola de lrwin estaba un par de palmos más lejos del agujero que la suya. pero se introdujo en él de modo directo gracias al "chip" afortunado del último ganador del Open de Estados Unidos. Como suele suceder en estos lances, Olazábal se vio influido psicológicamente por el acierto ajeno y no pudo elevar la suya más allá del antegreen, lo que le costó su solitario bogey.
Pero el vasco se rehizo y mantuvo sus nervios templados hasta encontrar su racha perfecta en el 13, el 14 y el 15, en el que los birdies refrendaron su candidatura a inscribirse en el Grand Slam. Lo imprescindible ahora es que no se deje impresionar. Parece tener ante sí una ocasión excelente para demostrar que se equivocan los que opinan que le falta carácter para ser un campeón. Pero, como él mismo dijo "resta mucho torneo".
De bien a mal
En cambio, Ballesteros entregó su segunda peor tarjeta inicial en sus 15 comparecencias en Augusta. Sólo la superó en 1981, cuando defendía su primer título. Entonces totalizó 78 y acabó siendo eliminado. Ayer sumó 75. Paradójicamente, su juego fue consistente al principlo, pero decayó de forma paulatina en la segunda parte del recorrido.
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