José María Hernández-Rubio, catedrático de Derecho Político
Falleció ayer en Tenerife José María Hernández-Rubio y Cisneros, uno de los más prestigiosos catedráticos de Derecho Político en España, cuyo magisterio dejó huella en sucesivas generaciones de estudiantes en los años cuarenta, cincuenta y sesenta por un particular estilo de ejercer la docencia, que dio fama tanto a su vasta cultura como a su excéntrico talante. Hernández-Rubio paseo su indómita Figura por la Universidad española de posguerra con actitud sabia y provocativa. Gozaba, y lo sabía perfectamente, de una notoria aureola de profesor contestatario que encendía odios y admiraciones a su alrededor.Hernández-Rubio se rodeó del escándalo que quería, y así acudía habitualmente a clase con sandalias y jersey, y de igual forma contravenía su costumbre luciendo un esmoquin cuando le venía en gana. Había sido falangista y voluntario en la División Azul, pero nada de esto impidió que ingresara en el PCE y lo abandonara después. Superó con dificultades el franquismo. Una conferencia en la isla sobre los estraperlistas de la época le obligó a trasladarse, por recomendación del régimen, a Sevilla. Era andaluz de nacimiento y can ario converso por oposiciones universitarias. Impartió sus enseñanzas también en la Complutense, pero regresó enseguida a Canarias, donde al final fue profesor emérito de La Laguna, porque no soportaba Madrid.
Dominaba muchos más campos que el derecho político, del que era una autoridad. Así, destacó por sus conocimientos en antropología cultural y filosofía, dio cursos sobre Hegel y estudió con especial fervor el sistema Político inglés. Sus discípulos insulares Gumersindo Trujillo, Aureliano Llanes, Eladio Arroyo y muchos otros le recuerdan como un profesor que deja huella. Tenía poco más de 80 años, pero su edad era un misterio incontrastable, ya que el dato Figuraba de forma errónea en su propio documento nacional de identidad. Fue profesor de Historia de las Ideas Políticas de la Escuela de Periodismo de Tenerife y escribió, como Unamuno, sobre la isla de Fuerteventura. Murió a causa de un problema circulatorio, después de haber sobrevivido a graves enfermedades en los últimos años.
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