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Un equipo de médicos españoles regresa de Kuwait al no ser necesaria su presencia

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIAL, Un grupo de 21 médicos y enfermeras catalanes que hace cuatro días llegó a Kuwait City con la ilusión de colaborar en la cura de heridos y mutilados de guerra viajó ayer a España al no ser necesaria su presencia. "Aquí no tenemos trabajo. No hay más que muertos o heridos leves", dijo uno de ellos. La presencia del grupo fue requerida por la Asociación de Amigos de Kuwait en Barcelona ante las alarmantes noticias procedentes del emirato.

(Por otra parte, la residencia del embajador español en la capital kuwaití fue requisada durante la ocupación por un oficial del ejército iraquí que la quería utilizar como vivienda informa Efe. Para hoy está prevista la llegada a Kuwait del embajador español, Juan José Arbolí, que emprendió viaje él pasado miércoles).Los miembros del grupo expedicionario catalán, formado por cirujanos, pediatras, traumatólogos y enfermeras, habían tenido que pedir un periodo de suspensión de empleo y sueldo para preparar apresuradamente el viaje y embarcar las casi dos toneladas de equipo quirúrgico, 1.500 botellas de agua y material sanitario. Junto al equipo viajaba Mercedes Misol, esposa del financiero Javier de la Rosa, vinculado al grupo kuwaití KIO, y propietaria de la clínica Teknon. La iniciativa partió precisamente de esta clínica y ha aglutinado a diversos profesionales que trabajan en clínicas afamadas de Barcelona y poseen consulta privada.

"Nunca habíamos estado en una guerra y pensamos que todo esto hacía falta allí. Incluso nos llevamos sacos de dormir ante una eventualidad. El viaje hasta Kuwait City fue largo y el pasaje debió permanecer en el avión cerca de 24 horas sin salir de él", comentaba uno de los integrantes.

Hubo problemas de visado, las autoridades saudíes y kuwaitíes no actuaron coordinadamente, los fax no funcionaron y los médicos, bajo el amparo de la Cruz Roja Española, debieron descargar ellos mismos todos los bultos en dos ocasiones, una en Dahran y otra en Kuwait City, adonde llegaron en el primer avión kuwaití que aterrizó en el emirato reconquistado, el mismo día en que era recibido en el aeropuerto el príncipe heredero. Algún miembro del equipo pensó que los vítores estaban dirigidos a ellos.

"Vuelvan mañana"

Militares norteamericanos colaboraron con la expedición española y funcionarios del Ministerio de Sanidad kuwaití les saludaron con gran alegría, pero sin encomendarles ninguna misión especial. "Vuelvan ustedes mañana', nos decían", comentaba uno de los médicos, que expresaba su frustración al no haber podido trabajar con la intensidad que hubieran deseado."De todas formas ha sido una experiencia interesante y hemos podido comprobar la destrucción y la Muerte causadas por los iraquíes", añadió.

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Los médicos catalanes comentaron que las instalaciones sanitarias kuwaitíes disponen de tecnología puntera pero el nivel de ocupación en los hospitales es muy bajo. "Lo que necesita este país son psiquiatras y unas vacaciones para todos los kuwaitíes que permanecieron aquí durante la invasión".

Todos mostraron su impresión por los destrozos causados con la misma intensidad que repetían las barbaridades que les narraron los familiares de las víctimas.

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