Johnson, huraño al llegar a Sevilla

Ben Johnson llegó ayer a Sevilla con gesto huraño, sin concesiones a la Prensa y a la chavalería. El atleta canadiense se perfila como la gran atracción de los Campeonatos del Mundo en sala, que comienzan mañana en la capital andaluza. Johnson representa por vez primera a su país en una competición oficial tras su suspensión por doping en los Juegos Olímpicos de Seúl 88.Su llegada estuvo rodeada del misterio que le acompaña siempre. El mutismo era absoluto en la delegación canadiense, que había aterrizado en Sevilla un día antes que su estrella. Incluso los periodistas mantenían una actitud secretista sobre su comparecencia. Johnson apareció, por fin, a media tarde de ayer. Con aspecto muy serio, trató de impedir que se tomaran imágenes de su presencia en el aeropuerto de San Pablo y en el centro de acreditaciones y pidió explicaciones con malos modos a un camarógrafo del Canal Sur y al fotógrafo de EL PAÍS.

Su actitud fue huraña, a la inversa que en su anterior visita. Entonces, hace cuatro años y con motivo de su enfrentamiento con el estadounidense Carl Lewis, tuvo todo el tiempo del mundo para la Prensa. Ayer se negó a firmar un solo autógrafo a la chiquillería.