Los vecinos imputan al alcalde de Belmonte 125 hechos delictivos
Un total de 125 hechos delictivos imputa la abogada de la acusación particular, Lis Santos Rodríguez, al alcalde de Belmonte de Tajo, el independiente José Luis Campo Morate, por lo que pide al tribunal que ayer comenzó a juzgarle que le imponga la pena de 24 años de inhabilitación especial y casi 25 años de prisión. El abogado defensor, José Miguel Toledo, considera que su cliente es inocente y solicita su absolución.
Los 99 vecinos que han promovido la denuncia contra el regidor estiman que éste ha incurrido durante años en una larga serie de infracciones tan diversas como prevaricación, allanamiento de morada, exacciones ilegales, falsedad en documento público, daños, calumnias, injurias, amenazas y coacciones.El presidente de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial abrió la sesión a las 12.49 horas de ayer. Unos segundos antes, José Luis Campo, sentado ya en el incómodo banquillo de los acusados, confesó a este periódico: "Estoy tranquilo. Confío en la justicia y en mi verdad".
A continuación, el secretario de la sala leyó las conclusiones provisionales de la fiscal, tras lo que pasó a desgranar las conclusiones de la acusadora particular, Lis Santos, expresadas en un larguísimo rosario de acusaciones contra el alcalde. El secretario se quedó en varias ocasiones con la lengua seca y tuvo que recurrir al vaso de agua durante la hora exacta que le ocupó esta labor. El defensor resumió muy brevemente su postura y se limitó a proclamar su inocencia.
La inacabable narración de las afrentas presuntamente cometidas por el edil contra sus convecinos es de lo más variopinto: desde las repetidas sanciones impuestas a Rosa Pérez Nieto por tender la ropa en la calle, hasta multar a un grupo de chiquillos por jugar a la pelota en la plaza pública, pasando por sancionar a presuntos infractores de las leyes de la circulación, arrancar un canalón porque el titular de la vivienda desoía sus requerimientos, o castigar a otro vecino por ver los toros sin pagar.
Ojo inquisitorial
Tras lo escuchado ayer en la Audiencia Provincial de Madrid, parece claro que nada quedaba fuera del ojo inquisitorial de José Luis Campo Morate, que desde el año 1979 ocupa la alcaldía presidencia del Ayuntamiento de Belmonte de Tajo, a unos 50 kilómetros de la capital madrileña. Muchos de los 1.000 habitantes del pueblo acudieron ayer a la Audiencia para seguir en directo el desarrollo de las sesiones.A las 14.05, la representante del ministerio fiscal inició el interrogatorio del azote belmontino, que durante una hora había escuchado con aburrimiento el minucioso relato de las fechorías presuntamente cometidas por él. José Luis Campo, antiguo taxista y hoy dedicado en cuerpo y alma a su alcaldía, vestía un traje gris de tipo cheviot, camisa blanca con rayas azules, zapatos negros y calcetines marrones.
El procesado respondió con calma y cierto desparpajo a las preguntas de la fiscal, cuando ésta le pidió explicaciones sobre sus actos desde 1981. "Había que cortar las barbaridades que me decían", aseguró para justificar por qué multó a un vecino que le llamó "cabrón". "Envié escritos para apercibir a otros ciudadanos, no con intención de multarles, para mantener mi autoridad". "Me ponían zancadillas y yo hice cosas de principiante", reconoció el edil cuando la acusadora pública le apretaba acerca de unos escritos "de dudosa legalidad" firmados por él.
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"Chulo payaso"
Los denunciantes declaran sentirse víctimas de la persecución del alcalde
En la sesión de tarde declararon doce testigos. Uno de ellos, Bienvenido Domingo Santos, se negó a pagar la tasa de basuras y desde entonces no se las retiran los servicios municipales, añadiendo que en los últimos quince días ha acumulado siete denuncias por infracciones de tráfico.Julio Morate, concejal desde 1987, reconoció que aconsejó no pagar la tasa de basura porque le parecía irregular que ésta se cobrase según el número de personas que viven en cada casa, en lugar de hacerlo por unidad familiar.
Jacinta Sánchez Bravo reconoció que llamó "chulo payaso" al alcalde, cuando éste ordenó levantar un bordillo en la acera que impide a su esposo meter el coche en su casa, viéndose obligado a poner unos tablones para poder hacerlo.
Victoria García Polo fue sancionado con 1.400 pesetas porque su esposa e hijo vieron la novillada desde el balcón de un vecino, sin abonar "la requisa". Juventino Guerrero, castigado porque su hijo jugaba a la pelota en la plaza, afirmó con desesperación: "He soportado una persecución total" por parte del regidor. Pero la mayoría de los declarantes reconocieron que no pagaron las multas. ¿Será que el alcalde no es tan fiero como lo pintan?. El juicio continúa hoy.
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