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Importantes patrocinadores justifican su retirada del deporte español por la guerra

El deporte español está acusando de forma negativa e imprevista las consecuencias de la guerra del Golfo. Importantes firmas como Iberia y Repsol han congelado sus inversiones por temor a una recesión económica. Otras, como Campsa, han intentado ajustar sus presupuestos con algún recorte en sus gastos de patrocinio. En algunos casos, la medida parece justificada; en otros, según opiniones recogidas en empresas multinacionales de financiación y organización deportiva, se trata de una simple excusa para ocultar problemas de rentabilidad.

La consecuencia última del ambiente de temor y crisis es que eventos, equipos y deportistas particulares, en especial aquellos subvencionados por empresas relacionadas con el petróleo, sufren el cierre progresivo de uno de sus principales canales de financiación. La noticia de la retirada de Repsol del patrocinio de la Antorcha Olímpica (ver EL PAÍS del 26 de enero) fue el primer aviso. El grupo Repsol había acordado con el COOB 92 una inversión a fondo perdido de 1.500 millones de pesetas y un patrocinio no inferior a los 1.000 millones. Sin embargo, el temor existente en los mercados petrolíferos por la guerra del Golfo provocó la ruptura de dicho acuerdo.Iberia se ha sumado recientemente al clima de temor. Las líneas aéreas españolas han retirado los 300 millones de pesetas que pensaban destinar para la organización de un desafío entre los velocistas Ben Johnson y Carl Lewis, que debía celebrarse el 30 de mayo en Sevilla (ver más información en la página 46).

Menos radical ha sido la postura de Campsa, marca que apoya a Sito Pons en el circuito mundial de motociclismo. Campsa no se ha retirado de la competición, pero intentó reducir en algunos millones su patrocinio al doble campeón del mundo de 250 ce. Herri Torrontegui, piloto vasco que llegó a ganar un Gran Premio de España, del Mundial de 125 cc, se ha quedado sin el dinero que Petronor, empresa vizcaína filial del grupo Repsol, pensaba invertir en él. Sin embargo, Petronor ha negado que la causa de su abandono sea la guerra del Golfo.

El circuito de golf también se ha visto alcanzado por el ambiente de temor a una recesión económica. Si este año no podrá celebrarse el Open de los Emiratos Árabes, por razones obvias, España se ha visto afectada de forma importante. Así Renault se ha retirado del Open de Baleares (7 al 10 d marzo). De la misma manera Cepsa ha decidido no patrocinar este año el Open de Madrid (25 al 28 de abril) y America Express ha retirado su subvención al Open del Mediterráneo cuyo carácter iba a ser itinerante por España, Francia e Italia En 1990 se disputó en Marbella.

Pérdidas millonarias

"El problema del golf es que España acoge demasiadas citas del circuito europeo y la rentabilidad de los patrocinadores es muy baja. Ahora han encontrado una excusa perfecta con la guerra del Golfo para retirar su dinero y, de esta manera, no tener que aceptar que están perdiendo muchos millones", explicó un alto directivo de una de las empresas multinacionales de patrocinio y organización de eventos deportivos que trabajan en España.

Las pruebas españolas del circuito profesional de tenis no han sufrido, de momento, ninguna deserción importante. Así, Seat sigue adelante con el Torneo Femenino de Barcelona, incluido en el circuito de la WTA, de la misma manera que Winston y Marlboro continúan patrocinando las pruebas masculinas del Trofeo Conde de Godó de Barcelona y el Torneo de Madrid, respectivamente. Nabisco Brands y Donnay, fabricante de raquetas, han abandonado la cita barcelonesa, y lo han razonado por cambios en su políticia de marketing.

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