"Defender a un desertor no es un delito"

A Cremades, un abogado de 50 años con despachos en Madrid, París y Bruselas, le inquietan sobremanera las "crecientes violaciones" del derecho de defensa en España, so pretexto de situación de guerra de lucha contra el terrorismo el narcotráfico.Estos días, Cremades sigue la polémica despertada en España a propósito de la deserción. Dice inquietarle el "tono de amenaza" a los abogados que ha creído encontrar en algunas declaraciones públicas que han puesto en cuestión la legitimidad de defender a los desertores.

Cremades, que ocupa la presidencia de la (UIA) desde el pasado mes de septiembre, constata que las situaciones de guerra o de lucha contra el terrorismo o el tráfico de drogas son peligrosas para esos dos "contrapoderes necesarios a toda sociedad democrática" que son la prensa y la abogacía. En ambos casos, los poderes públicos tienen una "irresistible tendencia" a hacer callar a periodistas y abogados.

Para el presidente de la UIA, "el estatuto de la abogacía española es tercermundista". El principal vicio del sistema español es "una tendencia a confundir a los abogados con los delitos presuntamente cometidos por sus clientes". Eso lleva a los jueces a "violar con frecuencia el secreto profesional" de los abogados mediante el "abuso" de las escuchas telefónicas y los registros policiales en los despachos.

La Corte Europea de Derechos Humanos, recuerda el presidente de la UIA, acaba de condenar a Francia por su política de escuchas telefónicas. En sustancia, la Corte Europea ha dicho que es ilegal emplearlas para "mtentar averiguar si hay delito". Cremades piensa que cuando se plantee en Estrasburgo el caso español la condena "será evidente". En España, dice el abogado, hay "demasiados jueces que se toman por un sheriff o un torero". La "eficacia" de esos jueces, según Cremades, "no es un criterio admisible en un Estado de derecho". Para el presidente de la UIA, esa situación es particularmente grave, porque Espana es un ejemplo para numerosos países de América Latina, el mundo árabe y, recientemente, la Europa del Este.