_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

'Culebrón'

Luis Alfredo: No, yo no puedo desertar, mi amor. Yo tengo que salvar la civilización occidental.

Cristal: Sí, tú debes desertar, porque esta guerra no es nada superchévere y nos han metido en ella sin comerlo ni beberlo.

L. A.: Pero voy a luchar por lo que realmente importa, mi amor. Yo voy a arriesgar mi vida para que usted esté calentita y para que no le falte corriente cuando se ponga los rulos electrizantes que le dejan la cabellera arrebatadora.

C.: Ay, que no, que no, mi amor. Ya usted debe darse cuenta de que todos podemos vivir con menos comodidad para que la gente no muera; debemos acostumbrarnos a renunciar en bien de la humanidad, que está siendo masacrada. Al fin y al cabo, éste es un país en el que ayer, como quien dice, todos lucíamos sabañones en las orejas debido a las deficiencias energéticas, y ello no nos impedía, mi amor, empatarnos y reproducirnos con el entusiasmo natural de la especie que hoy está en peligro.

L. A.: Pero ¿y mi honor? ¿Y la confianza que este mi gran país depositó en mí al llamarme obligatoriamente a Filas?

C.: Usted no ha comprendido nada del mensaje de este culebrón, Luis Alfredo. Estamos aquí para unirnos en cuerpo y alma en un solo destino, el amor, y mal le va a ir al amor si no hay paz entre los hombres.

L. A.: Pero me detendrán, me juzgarán, mi amor. Me convertiré en un proscrito de la sociedad.

C.: Eso no está tan claro, Luis Alfredo, pues un letrado me asesoró y me dijo que no hay deserción sin declaración de guerra previa.

L. A.: ¿Será posible?

C.: Y, además, piense en la madrecita de usted, que no merece pasar por tanta pena, y ya está preparando los bocadillos para la marcha del domingo a Torrejón.

Se abrazan y suena Sólo pienso en ti, dedicada a N. O'Serrah.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_