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Motilones, guarronas y escribanos

Fresnedillas de Oliva celebró la ancestral fiesta de la Vaquilla

Cuarenta y cinco judíos o motilones -nombre que reciben los jóvenes de Fresnedillas de Oliva que acompañan a la vaca en el día de San Sebastián- participaron ayer en lo que es la Fiesta más tradicional del pueblo: la Vaquilla. Los motilones y la hilandera, que representan a la gente del pueblo; el alcalde, el alguacil y el escribano, que hace las veces de recaudador; además de los plebeyos, que son la gente de a pie que acude a contemplar el espectáculo, se unen en esta fiesta de origen pagano para pasar un buen rato mientras ven correr a los mozos disfrazados con los más variados disfraces.

La fiesta, aunque ha tenido algunas modificaciones a lo largo de su historia, consiste en embestir al alcalde y al alguacil multándolos cada vez que la vaca lo consigue; y en matar de forma simbólica al animal, momento en el que Finaliza la fiesta. Entonces los mozos comienzan a beber vino y no sangre, como en tiempos ancestrales. La fecha a la que se remonta la fiesta se desconoce, pero se sabe que en el pueblo se celebra desde la época de Felipe II.Durante la celebración de la misa, los mozos permanecen en línea de a dos, y en ella tiene lugar una singular ofrenda. Todos los participantes se acercan al sacerdote y depositan sobre una bandeja una moneda que llevan en la boca. Después vuelven a su lugar, caminando de espaldas para no dejar de ver al santo. Mientras el santo es sacado para la procesión, todos corretean por las calles haciendo sonar sus cencerros hasta que vuelven para acompañar a la imagen, momento en el que hincan la rodilla en el suelo y gritan juntos "viva san Sebastián". Este hecho se repite durante la procesión.

El escribano y la hilandera son los personajes más curiosos y simpáticos. El primero representa a los antiguos mandatarios, y su función es recaudar fondos chantajeando a los visitantes con revistas obscenas. El escribano sostiene un bastón de mando que lleva en el puño un pequeño pene de goma. Siempre a su vera se encuentra la hilandera, popularmente llamada la guarrona. Esta representa a una prostituta. Ambos se acercan a los visitantes y enseñan el libro de cuentas, que no es ni más ni menos que una revista llena de imágenes pornográficas, y le piden su tributo por las actividades obscenas supuestamente realizadas con la guarrona. Este año el papel de hilandera lo ha desempeñado Ángel Cabrero Villarés, perfectamente travestido. Angel comenta que es el personaje más divertido, y su acompañante, el escribano, José Antonio González Limia, añade que son "la pareja cómica de la fiesta".

Alcalde falso

Un falso alcalde, Fausto Rubio Alonso, y un alguacil, Pablo Alonso, representan a la autoridad; éstos se distinguen de los demás por la elegancia de sus trajes y de sus movimientos. Sobre sus cabezas llevan vistosos sombreros adornados con flores. El alcalde también porta un bastón de mando adornado con cintas y con un cascabel. Aunque la representación de estos papeles se sortea la noche anterior, el alcalde de este año se siente especialmente emocionado. Para Fausto, ser alcalde "es lo más ansiado". Fausto y Pablo participan todos los años en la fiesta, pero esto no es nada raro, porque todos los jóvenes del pueblo también lo hacen.Francisco Javier Peña ha sido este año el personaje principal de la fiesta: la vaca. Francisco dice que ésta es la labor más cansada pero también la más divertida. En sus manos sostiene un armazón de madera en forma de horquilla cubierto por una tela, cintas de distintos colores, un rabo de vaca y unas astas de toro. El armazón recibe el nombre de vaquilla. Cuando comienzan las carreras Francisco se cubre la cabeza con esta careta, que apoya sobre sus hombros. Su misión es tocar en la embestida al alcalde y al alguacil. Cuando lo consigue, los motilones lanzan sus gorros al aire y hacen chasquear sus hondas al ritmo de los cencerros.

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