Los deporfistas de EE UU vuelven a casa
En las semanas que precedieron al inicio de la guerra en el Golfo ya se produjeron hechos simbólicos que demostraron la forma en que el conflicto podía afectar al deporte. Por ejemplo, el ex seleccionador austríaco de fútbol, Josef Hickersberger, rechazó una multimillonarla oferta de la federación egipcia para hacerse cargo de su selección y, en Dubai, se suspendió el Clásico del Desierto con el que debía abrirse, a partir del próximo 7 de febrero, el circuito europeo de golf profesional.Una de las competiciones que se han visto trastocadas de forma inmediata ha sido las copas de Europa de baloncesto. "La Federación Intemacional de Baloncesto (FIBA) decídió esta sernana que los equipos israelíes -Maccabi de Tel Aviv (Copa de Europa), Hapoel Galil Helion (Recopa) y Hapoel Tel Aviv (Copa Korac) disputasen sus encuentros lejos de su país, casi siempre en la pista de su rival.
El mayor problema para dichos conjuntos se centra en las muchas dificultades que están teniendo para retener en Israel a sus jugadores norteamericanos. Los 11 equipos del campeonato israelí cuentan en estos momentos en sus filas con 22 jugadores norteamericanos,, de los cuales 16 de ellos ya han abandonado Israel y regresado a EE UU.Las dos estrellas norteamericanas del baloncesto femenino italiano, Paula McGee, del Pistoia, y Mónica Lamb, de Catanzaro, han abandonado Italia y se encuentran ya en Estados Unidos.
Los equipos masculino y femenino de Estados Unidos que disputan la Copa del Mundo de esquí emprendieron ayer mismo viaje de regreso a sus casas desde la localidad francesa de Meribel y no disputarán, de momento, competición alguna. Jacques Belin, jefe de prensa de la organización norteamericana, señaló que los deportistas norteamericanos en el extranjero temen ser blanco de atentados terroristas.
