Trabajo no logra parar la huelga del Metro
La compañía Metro de Madrid y el Sindicato de Conductores se levantaron ayer de la mesa de negociación con las manos vacías. El director provincial de Trabajo, Mariano Baquedano, no logró con su mediación que se pusieran de acuerdo ambas partes, que rechazaron las condiciones que el contrario imponía para llegar a un acuerdo y acabar con los paros en el Metro, que ayer se ejecutaron por sexto día. Desde hoy hasta el lunes no habrá huelga, aunque sí todos los días laborables de la semana próxima. Los atascos en los accesos a Madrid fueron ayer de hasta 18 kilómetros.
Después de cuatro horas y media de tiras y aflojas, las 18 personas que habían acudido a la Dirección Provincial de Trabajo para negociar salieron con cara de pocos amigos. No se había llegado a ningún acuerdo y ni siquierase había convocado un nuevo encuentro.El mediador, Baquedano sentenciaba: "Las posturas están distantes y son inamovibles. Ninguno está cansado del conflicto y todos creen que pueden lograr sus exigencias iniciales". Ninguna de las tres partes quiso hablar de fracaso o de ruptura de las negociaciones, sino de "punto muerto".
La empresa planteó ayer la misma oferta que el pasado día 7: ceder en la reivindicación de los trabajadores -que piden un aumento de los salarios brutos de 200.000 pesetas en cuatro años-, pero a cambio de un plan de nueve puntos para aumentar la productividad.
Concesiones
Los maquinistas llegaron a aceptar tres puntos, que suponían portar un intercomunicador en los trenes antiguos, retirar de la vía objetos que impidan el servicio y hacer un parte de maniobras nocturnas. La empresa rebajó uno: que los maquinistas teIefonearan desde sus casas antes de trabajar para conocer su tarea del día.Sin embargo, quedaban los dos principales escollos: la jornada de ocho horas (en la actualidad es de siete y media) y la movilidad horaria. Ambas partes estimaban "irrenunciables" estos puntos y ofrecían versiones opuestas de lo que supondría aplicarlos a diario.
El fracaso se avecinaba. Félix de Sande, director de Recursos Humanos de Metro, entendía que los trabajadores querían ganar 200.000 pesetas más "a cambio de nada". Juan Francisco Moris, secretario general del Sindicato de Conductores, afirmaba que la compañía pretendía con su plan "hacer una reestructuración".
Los conductores supieron durante las conversaciones que la compañía ha sancionado a 64 de los huelguistas por no cumplir los servicios mínimos y que ha demandado al sindicato ante Magistratura de Trabajo por daños por la huelga valorados en cinco millones. Los dos contendientes se retiraron a sus cuarteles a reflexionar sin nada que ofrecer a los 400.000 usuarios afectados. Baquedano auguraba: "Si no ocurre algo importante, el lunes habrá paros".
Los litigadores coincidían en una declaración: "Hemos cedido mucho y estamos abiertos a negociar, pero ellos siguen con su intransigencia".
Tráfico y paros
La falta de un pacto supone que habrá huelga los días 14, 15, 16, 17 y 18 (de 6.30 a 8.30 y de 17.00 a 19.00). Si el desacuerdo sigue, desde el 21 de enero habrá 10 días de paros, pero entonces, de 6.30 a 9.30 y de 17.00 a 20.00. Ayer, el paro fue secundado masivamente. La empresa ha repartido entre los usuarios 250.000 folletos con su lectura del conflicto.Así las cosas, Madrid recaerá el lunes en el caos circulatorio de las dos últimas jornadas. Ayer hubo retenciones de 18 kilómetros en la carretera de La Coruña, de 12 en la de Extremadura, de 4 en las de Burgos y la de Toledo y de 7 en las de Andalucía y de Barcelona.
En la capital, las calles en las que desembocan dichos accesos se taponaron: avenida de América, calle de Embajadores, paseo de Extremadura, plazas de Santa María de la Cabeza, España, Marqués de Vadillo y Toledo, y la M-30, entre el puente de Ventas y el nudo Sur. La circulación en el centro, empero, fue menos intensa que el martes, según el Gabinete Municipal de Tráfico.
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