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Un referéndum para la independencia

Eslovenia decide hoy si quiere ser una nación

"La nación eslovena se ha constituido en base a su cultura y no gracias al poder político", explica Rudi Seligo, escritor y diputado de la coalición gobernante en Eslovenia, DEMOS, que organiza hoy el referéndum sobre la independencia de Eslovenia. "La nación eslovena ha sido reconocida por su cultura, y como tal formaba parte del Imperio austrohúngaro y luego de Yugoslavia", continúa Seligo, y añade que desde el siglo XVI los eslovenos han cultivado la aspiración de crear su propio Estado-nación.

El referéndum de hoy decide sobre la creación del Estado-nación. Sin embargo, los 70 años de convivencia de los eslovenos con otros pueblos de Yugoslavia no pueden borrarse con una votación plebiscitarla y de ahí que la realización del proyecto sobre la independencia provoque más preguntas que respuestas, tanto para el electorado como para los políticos.Los votantes, la mayoría de los cuales marcaría el sí a favor de la soberanía y la independencia, carecen de comprensión del contenido de su voto. "Llevo días discutiendo con mis amigos qué significa el referéndum", dijo Barbara, secretaria de una empresa constructora, "porque no entendemos qué sucederá después". "Votaré a favor de la independencia", manifiesta Andréi, dueño de un restaurante en Liubliana, "pero me considero yugoslavo. Para mí el referéndum significa que el Gobierno tendrá la legitimidad al comenzar las negociaciones con otros pueblos yugoslavos para la construcción de una confederación".

Todos los sondeos de la opinión pública dan por hecho que la respuesta a la independencia será afirmativa. El Gobierno ya ha elaborado la agenda para los próximos seis meses, cuando se constituirán las instituciones del Estado independiente. Vitodraj Pukl, vicepresidente del Parlamento, señala que la agenda prevé la creación de una oficina aduanera propia, el comercio exterior, el sistema monetario y financiero y el ejército. El ministro de Defensa, Janez Jansa, ha elaborado un plan para la creación del ejército republicano y se han distribuido las armas entre los reservistas de la llamada defensa territorial.

"Yo estoy a favor de la desmilitarización de Eslovenia y lo que veo es la militarización", declara Dusan Plut, del partido verde y miembro de la presidencia de Eslovenia.

La iniciativa sobre la celebración del plebiscito fue inicialmente lanzada por el minúsculo partido socialista y posteriormente acogida por la coalición gobernante DEMOS. Los partidos de la oposición -los comunistas y los liberales- acogieron fríamente la moción, pero la presión nacionalista de DEMOS -estar en contra del referéndum significa oponerse a la independencia y, por tanto, la traición nacional- obligó a la oposición a apoyar el plebiscito.

Sin embargo, la población eslovena, cuya mayoría desaprueba la federación yugoslava y el sistema político actual del país balcánico, teme las consecuencias económicas del plebiscito, ya que el resto de las repúblicas y el Gobierno federal interpretan el plebiscito como un acto de escisión.

Las estadísticas oficiales señalan que Eslovenia exporta un 15% de su producción al exterior y un 30% al resto de Yugoslavia. Sólo un tercio de las empresas eslovenas pueden subsistir sólo de las exportaciones. El resto de las empresas precisan de inyecciones financieras.

Por el momento escasea el capital interno, y el extranjero todavía no ha llegado. El paro ha aumentado en un 70% en un año, pero sólo representa un 6% de la población activa. El año próximo se duplicará, según las previsiones del ministro de Economía, Joze Mencinger. "La crisis económica empeorará en 1991 ", dice Mencinger, pero Josip Skoberne, de la Cámara de Comercio de Eslovenia, opina que a largo plazo la independencia beneficiará a la economía. "Los empresarios quieren conservar el mercado yugoslavo", manifiesta Andrej Hartman, vicedirector de la agencia de planificación y autor del análisis económico sobre la independencia.

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