Kubati, juzgado ayer, acusó a Yoyes de cometer "alta traición" contra ETA

AGENCIASEl miembro de la organización terrorista ETA José Antonio López Ruiz, Kubati, calificó ayer de "alta traición" la actitud de María Dolores Gonzalez Cataraín, Yoyes, al abandonar la banda e instalarse en su localidad natal. Las declaraciones fueron efectuadas durante el juicio que se sigue contra él y contra José Miguel Lataza Guetaria, Fermín, en la Audiencia Nacional.

Fermín, por su parte, manifestó que no participó en el atentado y que sintió mucho el asesinato de Yoyes. Kubati, acusado de ser el autor material de los disparos que acabaron con la vida de Yoyes, se negó a responder a las preguntas de la fiscal sobre aspectos concretos del atentado, aunque reconoció que "a Yoyes", la mató ETA. "Como militante cue soy de la organización", áseguró, "asumo mi parte de responsabilidad". El ministerio público ha pedido para ambos 49 años de prisión como autores del mencionado asesinato. Según sus conlusiones definitivas, Lataza Guetaria fue quien realizó las investigaciones encaminadas a identificar y localizar a Yoyes, ya que la conocía personalmenta al ser ambos naturales de la misma localidad, Villafranca de Ordicia.Fermín, según la fiscalía, informó a IKubati y a los otros miembros del comando Goierri Costa que Yoyes se encontraba en el pueblo con motivo de las fiestas locales y, que ese día, el 10 de septiembre de 1986, acudiría con su hijo y con Rafael Etxebeste -miembro de ETA ya fallecido- a la plaza del pueblo. Kubati y otro etarra secuestraron un automóvil y mientras uno vigilaba al conductor, Kubati se dirigió a María Dolores y le pregunto: ¿Eres Yoyes?, soy de ETA y vengo a ejecutarte". El etarra efectuó sus disparos y, cuando María Dolores estaba ya en el suelo, la remató de un tiro en la cabeza.

El marido de Yoyes, Juan José Dorronsoro, afirmó durante el jucicio que la ex dirigente etarra fue amenazada de muerte cuando anunció su intención de abandonar la militaricia activa en la organización terrorista. Asimismo, describió el progresivo desacuerdo de Yoyes con las acciones violentas y su predisposición a una solución pactada del problema terrorista. Dorronsoro añadió que Yoyes no se consideraba reinsertada en base a las medidas en tal sentido adoptadas por el Gobierno, sino que se acogió a la amnistía de 1977 "como lo habían hecho anteriormente otros dirigentes másimportantes de ETA".

Los abogados de los acusados solicitaron la libre absolución de sus defendidos, al entender que no hay pruebas suficientes contra ellos que les impliquen como autores materiales del asesinato de Yoyes.