El materialismo desolado
Desde una bolsa idólatra en la que el culto a la confidencialidad y al rumor campaban a sus anchas como el mejor tributo a la acumulación; o desde un mercado destrozado a partir del lunes negro de otoño del 87 cuando se rendía culto a la decadencia y a la caída de los dioses, nos hen1os ido adentrando en la etapa del materialismo desolado. Este u otro concepto similar podrían definir el espíritu de los tiempos. Canalizar el ahorro a través de los mercados de renta variable fue primero un deporte al que llegaron a incorporarse cinco millones de españoles, pero un traspiés causó el desencanto de una gran parte; y ahora, tras una desesperante agonía, únicamente persisten los más contumaces. Tendrán su premio, nadie lo duda, pero será a base de beber en la paciencia, la única fuente reconocida por el saber clásico.La sesión de ayer en su primeros compases transcurrió paralela a la previsión de los tipos de interés, aunque a mediodía, el propio Ministerio de Economía se encargaba de recordar que hasta mediados del próximo año se mantendrá el endurecimiento monetario. La psicología fue una vez más dueña y señora del mercado de acciones, y casi nadie volvió a mirar con interés la pantalla de su reuter.