A todo gas
El nuevo 'holding' garantiza la integración de suministro y distribución en el mercado único
M. A. NOCEDA / J. M. CORTÉS, El holding gasista creado al 50% entre La Caixa y el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) supone la definitiva integración del mercado a escala nacional. Con el nuevo esquema, el sector gasista español equipara su funcionamineto al del resto de países europeos regido por grandes compañías públicas como Italgas. Gaz de France o Britsh Gas. El nuevo grupo integrará en su estructura la responsabilidad del suministro, las plantas regasificadoras y la distribución industrial, doméstica y comercial. En la actualidad el mercado está fragmentado: Enagas comercializa el 55% del gas natural que se consume en España y las distribuidoras (Catalana de Gas, Gas Madrid y el resto) se encargan del otro 45%.
El nacimiento del holding, -dotado de unos recursos propios por encima de los 200.000 millones de pesetas- cuya constitución formal están ultimando los gestores de La Caixa y la cúpula del INH, significa el fin del mercado compartimentado y la transformación del sistema de precios que lo rige.Catalana de Gas, la principal distribuidora privada ha sido durante los dos últimos años el centro de la estrategia hacia la unificación del mercado materializada paso a paso por el equipo de Oscar Fanjul, presidente del INH y de Repsol. En el conjunto del mercado doméstico y comercial, que en 1989 fue de 7.417 millones de termias, Catalana de Gas supone la mitad -3.783 millones-, mientras Gas Madrid consumió 2.000 millones. Este mercado, no obstante, es poco significativo en el consumo total, el 15% sobre los 47.907 millones de termias totales. El resto es industrial.
Demonios familiares
En la, lenta preparación del proceso que ahora cristaliza, Repsol ha ido tomando el control de las distribuidoras regionales, por medio de compras de paquetes o de ofertas públicas como el caso de Gas Madrid. A principios de 1989, el grupo público adquirió un 10% -ahora controla el 14%- de la distribuidora catalana, en cuyo capital, la nueva Caixa posee el 31%.
En noviembre del mismo año, Pere Grau presidente de Catalana, alcanzaba un acuerdo con British Gas por medio del cual el grupo público inglés tomaba un 10% de la sociedad distribuidora. Con ello, el manegement de Catalana y los cargos del consejo, que no representan el capital de la sociedad, conseguían transitoriamente dos cosas: colocar un dique defensivo a la penetración de Repsol y evitar el rápido desenlace de la proyectada fusión con Aguas de Barcelona.
La constitución de una gran sociedad de servicios con sede en Cataluña y cierto aroma francés -Lyonnaise des Eaux, principal socio del Grupo Aguas, había cruzado participaciones con Gaz de France-, se rompía en la primavera de 1990 con el anuncio de la creación del holding del gas en el que la Caixa, aportaba Catalana de Gas. La recién nacida Supercaixa, cedía a las presiones de Repsol dispuesta a "integrar el mercado del gas español empezando por Cataluña, la zona más dotada de infraestructuras", según el propio Fanjul. Florecía el proyecto gasista gestado en el INH desde el asentamiento de Fanjul en la presidencia del instituto, aunque su fase incandes cente databa del anuncio de entrada de British Gas en el capital de Catalana.
La toma de participación británica, había desatado los demonios familiares en Catalana de Gas. Pere Duran Farell, autorrelegado y sin poderes ejecutivos en la presidencia de la Junta de accionistas de la compañía, reaparecía después de muchos años de silencio para ocupar la presidencia del consejo del nuevo holding. Entre noviembre de 1989 y julio de 1990, Duran Farell; Fanjul; el director general de La Caixa, Josep Vilarasau; el Ministerio de Industria y el Gobierno catalán, habían ido perfilando la definitiva reordenación del sector gasista.
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