El laberinto de Castilla
Las obras del paso subterráneo que recorrerá el paseo de la Castellana bajo la plaza de Castilla y de otro con salida a la calle de Agustín de Foxá se han convertido en un laberinto cambiante para los automovilistas que pasan por la zona. Los trabajos, iniciados el pasado 16 de mayo, no iban a afectar al tráfico, según los responsables municipales. Sin embargo, y a pesar de haberse suprimido las isletas laterales, la realidad es que la plaza se ha convertido en un punto negro para los automovilistas. La construcción de los pasos -de 810 metros y 350 metros, respectivamente-, con un presupuesto de 5.000 millones de pesetas y un plazo de ejecución que terminará el próximo mes de septiembre, ha obligado a, trasplantar los árboles de la zona, a desmontar el monumento de Calvo Sotelo y a eliminar todas las canalizaciones existentes, que serán sustituidas por más de 32 kilómetros de nuevas tuberías.
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