Bárbara Carrera
"Lo primero que exijo a un guión es que me excite"
La actriz nicaragüense Bárbara Carrera se ha convertido en la mayor atracción del 16, Festival de Cine Iberoamericano, que esta semana se celebra en Huelva. Bárbara Carrera, que ha compartido pantalla con los más destacados galanes de Hollywood, entre ellos Sean Connery, junto al cual fue chica Bond en Nunca digas nunca más, acaba de cumplir 41 años, mide 1,72 metros de estatura y se alimenta únicamente de vasos de agua caliente y verduras."Lo primero que exijo a un guión es que me excite", dice, esta actriz de boca amplia y Ojos negros. ¿Y a un hombre? "Muchas cosas más, pero ahora vivo sola, desde hace tiempo no estoy enamorada. Las lecturas de Baudelaire me enseñaron que el placer nos usa".
El arte, pues, constituye la única épica actual de la vida de esta actriz, que en marzo inaugura su primera exposición de cuadros en Los Ángeles, mientras prepara tres nuevos trabajos cinematográficos.
Sobre el papel cinematográfico que le dio fama, el de chica Bond, dice: "Ése no era un personaje de mi predilección, porque la mayoría de las jóvenes que interpretan a las chicas Bond se han limitado a sonreír desde la pantalla y a marcar silueta. Yo me limité a servirme de aquel papel. Me considero una mujer inteligente".
Bárbara viene de luminosos colegios norteamericanos, y sus años de profesión como interpretadora -palabra que ella repite en un dificil castellano- le han enseñado a mantener una permanente pose delante de los micrófonos y de los flashes fotográficos. Pasea por los pasillos de los hoteles perseguida por miradas ávidas y por polaroids. "Me siento como una pionera de las actrices latinas en Hollywood. Entre los hispanos hay talentos enormes, nosotros lo sabemos, pero se precisa que el mundo también lo sepa. Hay que demostrarlo, y para conseguirlo debemos unirnos todos: los actores, los directores y los guionistas. Hasta el momento hemos trabajado de forma excesivamente individualista. Me gustaría hacer cine en Nicaragua y en España, pues una película no tiene por qué resultar cara para ser buena. Hay filmes millonarios que no dicen nada y otras cintas producidas con un presupuesto bajísimo que reúnen sensibilidad y calidad.
Bárbara Carrera, que se niega a explicar las causas que le llevaron, a la edad de 10 años, a abandonar precipitadamente Nicaragua, junto a su madre, insiste en que es "actriz y no política", y por ello rehúsa definirse respecto a los sandinistas o a Violeta Chamorro. "Me preocupan mucho los problemas de Latinoamérica. La gente, allí, está muy harta de guerras. Es hora de poner un clavel a los fusiles y que cesen definitivamente los disparos".
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