Enterrados entre gritos de "¡torero, torero!" los tres novilleros asesinados a tiros en una finca de Cieza

Unas 3.000 personas asistieron en la tarde de ayer al funeral conjunto de los tres jóvenes novilleros asesinados a tiros en la madrugada del sábado cerca de una finca de reses bravas en Cieza (Murcia). La ceremonia se celebró, entre gritos de "¡torero, torero!", en el cementerio de Albacete, de cuya escuela taurina eran alumnos. La finca permanece vigilada y acordonada por la Guardia Civil. El propietario, Manuel Costa Abellán, y dos empleados suyos permanecen detenidos. La titular del juzgado que entiende el caso, cuyo sumario ha sido declarado secreto, asistirá hoy a la reconstrucción de los hechos.

El abogado del industrial Manuel Costa Abellán llamó a la Guardia Civil de Cieza a las 5.3.0 del pasado sábado para informar que su cliente le había comunicado que durante la madrugada se había producido un tiroteo en las inmediaciones de su finca, El Charco de Lentisco, donde tiene 40 reses bravas. Fruto de la reyerta, de la que carecía de más datos, según la versión dada por el abogado, se había producido al menos un muerto.La Brigada Judicial de la Guardia Civil comprobó posteriormente la existencia de tres cadáveres en un camino rural situado en las inmediaciones de la finca. Los cuerpos correspondían a los novilleros Lorenzo Franco Collado, de 25 años; Andrés Panduro Jiménez, de 22, y Juan Carlos Rumbo Fernández, de 19. Todos ellos eran vecinos de Albacete.

La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Cieza, Pilar Rubio, tomó declaración el sábado a cinco personas, tres de las cuales fueron detenidas. Se trata del propietario de la finca Manuel Costa; dos pastores empleados suyos, José Manuel Yepes Palazón, de 19 años, y un hermano menor de éste, Pedro Antonio, de 15. Los dos primeros fueron trasladados a la prisión de Sangonera, en Murcia donde permanecen incomunicados, mientras que el menor sigue en el cuartel de la Policía Local de Cieza.

También prestaron declara ción el padre de los pastores y un albañil, empleado en la finca y propietario de la escopeta de caza con la que presuntamente se efectuaron los disparos que causaron la muerte a los tres jó venes.

Falso accidente de tráfico

Las familias de los tres novilleros fallecidos fueron avisadas por la Guardia Civil de que habían sufrido un accidente de tráfico en Murcia. La familia de Andrés Panduro desconocía que hubieran salido de Albacete. "Sólo nos dijo", explicó la madre de Andrés, "que se iba con unos amigos a una discoteca a celebrar su santo". Salió de casa con 800 pesetas en el bolsillo.

Cuando los familiares llegaron a la ciudad sanitaria Virgen de la Reixaca de Murcia, centro donde se realizaron las autopsias, supieron la verdad de lo sucedido. Los jóvenes salieron de la ciudad en la noche del viernes. Ésta es la última referencia que se tiene de ellos con vida. La noche del sábado al domingo era de luna llena, al igual que las noches en las que se produjeron otros asaltos a la finca.

Fernando Franco, padre de Lorenzo, El Loren, explicó que él y su hijo conocían al propietario de la finca. Cuando El Loren se intrudujo en el mundo del toreo Manuel Costa había sido su apoderado, aunque las versiones difieren sobre sus relaciones. El padre aseguró que había comprado un toro al ganadero murciano Antonio Hernández para que su hijo lo lidiara en la inauguración de una pequeña plaza de tientas que Manuel Costa ha construido en su finca. Según otras versiones, el novillero El Loren y el ganadero tenían diferenclas desde hace tiempo y habían roto sus relaciones.

Fuentes de los empleados de la finca dijeron ayer que en El Charco del Lentisco estaban hartos de las "continuas tropelías que les estaban haciendo con el ganado".

Hace unos 20 días apareció muerto un novillo que, según esas fuentes, habían intentado llevar de noche desde el campo hasta el tentadero con la mala fortuna de que los propios cabestros lo mataron en el camino. En otras ocasiones las verjas de los cercados fueron abiertas de noche, mezclando vacas preñadas con sementales y soltando becerras y novillos. La Guardia Civil, según confirmó la Delegación del Gobierno en Murcia, encontró un toro en el callejón de la plaza de tientas, sin que se pudiera precisar cómo llegó hasta allí.

Vigilancia privada

Algunos vecinos de Cieza explicaron que el personal de la finca estaba indignado por estos hechos y que incluso se había planeado contratar un servicio privado de vigilancia para poner fin a la situación.

Unas 3.000 personas asistieron ayer al funeral conjunto de los tres novilleros, que se desarrolló en el cementerio municipal de Albacete. Los féretros fueron llevados a hombros por miembros de la escuela taurina a la que pertenecían los tres fallecidos. Los fallecidos eran muy conocidos en medios taurinos. Lorenzo Franco, El Loren, había toreado este año varias novilladas con caballos, la última de ellas el pasado 4 de noviembre en Valencia. Esperaba tomar la alternativa el próximo año. Su padre había sido banderillero. Andrés Panduro había intervenido la pasada temporada en cinco novilladas y un tío suyo fue mozo de espadas.

El alcalde de Albacete, José Jerez, que asistió a los funerales, declaró a los medios informativos que "es increíble que estos casos se produzcan. La escuela taurina quería darles una formación para que no tuvieran que ir a buscarla a la luz de la luna". La delegada del Gobierno en Murcia, Concepción Sáenz, manifestó que estaba "impresionada por la monstruosidad que se ha cometido".