Gianni Versace
"Si ha caído el muro de Berlín, es fácil que caiga la corbata como imposición
Gianni Versace, el diseñador de moda italiano, sigue evitando la corbata. Vestido con un traje nearo y un polo morado, atravesó ayer uno de los salones de un lujoso hotel madrileño, donde está prohibido el paso sin corbata, y cuando uno de los empleados le advirtió de la norma, Glanni Versace contestó con un seco comentario: "Non capisco", y siguió su camino. "Yo vendo muchísimas corbatas, creo que soy el italiano que más corbatas vende, pero pienso que el símbolo que tiene en la actualidad no tiene ninguria razón de ser. Admiro el hecho cultural, clásico e histórico de la corbata, pero hoy ese elemento no representa nada. Me parece absurdo que en algunos locales no te dejen entrar si no llevas corbata y, en cambio, puedas ir con un traje desarrapado. A mi hace unos años me dieron un homenaje en Maxims de París y no me dejaban entrar porque no llevaba corbata. ¡Yo, que era el horrienajeado!. De todas maneras, creo que si ha caído el muro de Berlín, es fácil que caiga la corbata como imposición. Sería una liberación", explica.Gianni Versace, que mañana celebrará su 44º cumpleaños en Milán, se encuentra desde el víernes en Madrid en un viaje de trabajo, que ha incluido la presentación por primera vez en EspaÍa de su colección de alta costura y una fastuosa cena en su honor por parte del embajador italiano y que congregó a unas 300 personas. Es el creador de un asombroso imperio, con tiendas en las principales ciudades del mundo y unas ventas de miles de millones de pesetas. Nacido en Calabria y criado en el taller de costura de su madre, Glanni Versace reconoce su enorme apego a la familia y en concreto a la gran familia italiana. Junto con sus dos hermanos forma una piña perfecta. "Mi hermano Santo es la cabeza comercial, yo soy el creativo y mi hermana Donatella es un poco de todo. Ella es la que me inspira mi trabajo, la que con su sensibilidad e inteligencia me aconseja y me dice las cosas que le gustan y las que no".
Atractivo y sonriente, excepto cuando posa para la fotografía, dice que la mujer no debe ser víctima de la moda, sino disfrutar con ella. "Yo tengo muy claro que mis vestidos son para llevarlos, y no para los museos. Van dirigidos a las mujeres de hoy, sin nostalgias, inteligentes, que no tengan miedo a los colores y a las faldas cortas".
Reconoce, sin embargo, que la personalidad de cada mujer influye decisivamente en el estilo final de una prenda. "El año pasado diseñé una chaqueta de las mismas características para las actrices Cher, Faye Dunaway y Jane Fonda. El resultado fue espectacular. Cher se convirtió en una mujer sexy, Faye Dunaway parecía una princesa y Jane Fonda una norteamericana".
Convencido de que la curiosidad es una de las claves de su éxito en el campo de la moda, Glanni Versace dice que le interesan todas las cosas, desde la política a la música, el cine, el teatro... Así, del descubrimiento de la red Gladio en su pais opina que "es normal, una corrupción más"; de la crisis del Golfo, que no se puede negociar "con un loco como Sadam", y del cambio en los países del Este, que lo celebra como si de una gran fiesta se tratara.
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