_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Autocrítica

Estaba yo tan ricamente predispuesta a hundirme en el hastío a que conduce el abuso del placer por el placer mismo, dejando mi sexualidad sin regular y abandonada a sus propios Impulsos instintivos, creando por lo tanto situaciones de caos -por no decir de tráfico- y hallándome en un tris de que se quebrara el equilibrio de mi persona. O sea, me aprestaba a adquirir una desafiante docena de condones con sabor a mango, cuando de repente caí en la cuenta de lo vano y sin sentido de mi vida, de cómo he perdido el tiempo de forma repugnante, tratando de negar a la Sissí emperatriz que llevo dentro. Menos mal que la entronización de Akihito me ha devuelto a la realidad, y ahora vuelvo a pisar firme y a ser una mujer de mi época, comprometida con lo que. a mi derredor -observen que escribo como un poeta de corte- acontece.Me fascinó la ceremonia, así como el hecho de constatar que los emperadores ascienden al trono del crisantemo en vez de subir, que es lo que haríamos usted o yo. Y hacen bien, porque hay en el acto de subir como una cosa propia, de humano empecinamiento, que no casa con sublime predestinación de quienes reinan sobre nosotros por decisión divina. Pero a lo que iba: ahora que ya estamos todos juntos y vuelve a vivir la madre superiora,. tengo que confesar que uno de los grandes pecados de mi dogmática juventud consistió en rechazar que la pobre Anastasia -personificada en el cine por Ingrid Bergman arrojándose al Sena y salvándose por los calvos, porque Yul Brynner pasaba por allí- fuese la hija menor del zar Nicolás II. Quiero reconocerlo en público, hacer la modesta aportación de mi autocrítica, antes de que los acontecimientos se me adelanten, vuelva Wladimiro al trono de Todas las Rusías, y yo me vea con el culo al aire y encima con los obispos en contra.

Rectificar es de sabios. De sabios acorralados, mayormente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_