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Calle del Desengaño

"Dios ha muerto, Marx ha muerto, y yo estoy muy malito", escriben a veces los ácratas sobre los muros. Pero el desencanto irónico no es terr torio comun para los radicales, a pesar de las ¡romas domiciliarias. "Tener la sede en la calle del Desengaño no es un símbolo, es que era más barata por ser barrio chino", explica Raúl Gómez, secretario general del POSI. Tanto este partido como el vecino PCPE comparten edificio con sendos sex-shops.

En la calle de la Libertad sigue el PCEm1 15 años después de la extinción de su grupo armado, el FRAP. Pero en las dos vías hn

-y antiguos compañeros de quienes hoy están en la avenida del poder. Raúl Gómez, ex secretario general de las Juventudes Socialistas y miembro de la ejecutiva del PSOE hasta 1975 -meses antes de su expulsión-, recuerda al militante Felipe González. El nuevamente elegido secretarlo general del PSOE, su compañero de entonces, le parece un falsario".

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Del FRAP al PSOE

Más comprensivo se muestra Pablo Mayoral (PCEml) con su ex jefe en el brazo armado del Frente Revolucionario Antifáscista y Patriótico (FRAP), que no era otro que Miguel Gil, hoy subsecretario del Ministerio del Portavoz del Gobierno. "No siento animadversión hacia él, pero me pregunto cómo ha podido dar se.mejante canibío", dice este ex preso condenado en consejo de guerra.

En el Movimiento Comunista se toman a broma que el coordin.ador del Programa 2000 del PSOE, Manuel Escudero, sea un ex militante que ngresó en el partido de Felipe González mucho antes que los últimos fichajes: el ex comunista Enrique Curiel y el ex maoista José Sanroma. "Manu era un chico voluntarioso y combativo, pero sin talla para ser dirigente nuestro", señala Javier Álvarez Dorronsoro.

Los pequenos partidos no tienen una vida fácil. Se financian con cuotas, rifas y loterías. Niegan recibir ayuda económica exterior y la mayoría prefiere silenciar las cifras de militancia. La LCR asegura que en los últimos años los ciudadanos más jóvenes vuelven a afiliarse al grupo que, junto con el MC, forma parte de los restos del naufragio político de los años setenta.

Todos los grupos mantienen actividad editorial. Publican revistas y el PCEml ha sacado al mercado los quince tomos de las obras completas de Stalin. Estas formaciones, inequívocamente republicanas, mantienen distintas actitudes ante las citas electorales. Algunos, como el PST, se presentan siempre. Otros, como LCR y MC, estudian volver a las urnas tras una década de ausencia. Las relaciones con los grupos de izquierda nacionalista van desde la colaboración hasta la ignorancia recíproca.

La posi ble unión en una alternativa a la Izquierda de IU es deseada pero lejana, a pesar de que los grupos han perdido en dogmatismo y ganado en sentido práctico. Los gatos deben cazar ratones, pero el color de su pelaje es importante. La casa común radical aún es una utopía.

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