_
_
_
_
_

UGT compra el colegio de San Antón por 1.500 millones

El colegio de San Antón, el más antiguo de Madrid, fue comprado ayer por 1.500 millones de pesetas por la sociedad Iniciativas y Gestión de Servicios Urbanos (IGS), de la que la Unión General de Trabajadores (UGT) posee el 47% del capital social. El centro escolar cerró sus puertas el pasado mes de septiembre, tras casi 200 años de actividad docente, para ser convertido por una empresa privada en una residencia de lujo para ancianos. La sociedad IGS utilizará ahora el inmueble como centro de formación e intercambios internacionales, en el que serán preparados los empresarios que posteriormente arrendarán los negocios y locales que IGS y la cooperativa de UGT, Promoción Social de la Vivienda (PSV), poseerán en sus distintas promociones inmobiliarias.En abril del año pasado, el consejo provincial de las Escuelas Pías, del que dependía entonces San Antón, anunció la venta del histórico colegio a Residencia San Antón, SA, una empresa privada constituida con motivo de la operación y de la que era representante legal José Oslnalde Peñagaricano. El objetivo de esta nueva sociedad, que había ofertado 1.000 millones de pesetas por el colegio, era convertir el inmueble, de 18.000 metros cuadrados, en una residencia geriátrica de lujo.

Más información
Adiós a las aulas

Pasa a la página 2

El colegio de San Antón será convertido en una escuela de formación empresaria

Viene de la página 1

Al tratarse de un edificio protegido integralmente se preguntó a la Comunidad de Madrid y a la Administración central si querían ejercer el derecho de tanteo, con resultado negativo. Y ello a pesar de que una empresa, dirigida precisamente por Carlos Sotos -hoy presidente ejecutivo de IGS-, había actuado por encargo de la Comunidad de Madrid para adquirir el edificio y convertirlo en el gran centro cultural de la región.

El hecho de que la oferta de 850 millones que entonces hizo Sotos fuera superada por Osinalde en 150 millones, junto al conflicto social que iba a provocar el cese de la actividad docente, hizo que la Comunidad, finalmente, desistiera del proyecto.

La protesta de los padres de los 882 alumnos, a quienes se anunció el cierre del colegio, no consiguió más que aplazar un año su clausura. El inmueble, terminado de construir en 1832 -38 años después de que el primitivo antiguo hospital de antónomos fuera ocupado por los escolapios-, parecía así definitivamente destinado a convertirse en residencia geriátrica de lujo, tras una inversión que iba a superar los 1.500 millones de pesetas.

En el acuerdo con los escolapios se le garantizaba vivienda a una pequeña comunidad de frailes para mantener el culto en la iglesia de San Antón, en la que se guarda el cuadro de Goya La última comunión de san José de Calasanz y en la que se celebra la tradicional romería con animales.

Sin embargo, hace tres meses, y coincidiendo con el cese de la ¿ctividad docente, IGS tuvo conocimiento de que el colegio e sta ba a la venta. Ayer, las negociaciones se concretaban en la firma del contrato de compraventa, según el cual IGS pagará 1.500 millones a Residencia San Antón, SA, a lo largo de este año y de los tres próximos.

"El objetivo es que San Antón se convierta en centro docente de formación e intercambios internacionales", manifestó Sotos. "Un centro en el que se podrán impartir masters de economía social para constituir sociedades anónimas laborales y cooperativas de trabajo asociado. Además albergará un vivero de empresas de economía social", aseguró el presidente de IGS.

Los alumnos de esta "universidad de economía social", como la denomina Sotos, tendrán derecho preferente a la hora de arrendar locales. Su preparación, según Sotos, podrá realizarse mediante la captación de fondos de otras sociedades europeas de similares características, subvenciones de la Comunidad Europea, Comunidad Autónoma de Madrid, Ayuntamiento e instituciones de la Administración pública y cuotas y pagos de los propios alumnos.

Vivero de empresas

Asimismo, a través del proyecto Eurovillage, promovido por organizaciones de siete países europeos, el edificio será utilizado como centro de intercambios culturales y de idiomas. También se pretende utilizarlo como vivero de empresas, para lo que se firmarán conciertos con la Administración, y como centro de formación de especialidades. Los estudiantes procedentes de fuera de Madrid contarán con habitaciones en el centro para desarrollar su actividad.

Como primer paso, IGS convocará un concurso entre arquitectos europeos para rehabilitar el edificio, al que se quiere dotar de plantas de aparcamiento. La inversión estimada supera los 2.000 millones, y se calcula que las obras estarán terminadas para mediados de 1992.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_