Las suspensiones de pagos aumentan un 62% hasta agosto y crecen un 129% las deudas declaradas

La economía española sigue dando nuevas muestras de enfriamiento. Las suspensiones de pagos han experimentado un fuerte aumento en los ocho primeros meses del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El número de expedientes presentados en los juzgados ha crecido un 62,6%, mientras que las deudas declaradas aumentaban el 128,9%, hasta alcanzar 38.133,1 millones de pesetas. Se trata del número de suspensiones más alto desde 1985. El número de quiebras se mantiene estable.

Los últimos datos en poder del Instituto Nacional de Estadística revelan una fuerte aceleración del ritmo de suspensiones de pagos durante los meses de junio, julio y agosto. En este trimestre -último sobre el que le disponen datos globales- ha entrado en los juzgados más de la mitad (52,4%) de las propuestas de suspensión de pagos presentadas hasta agosto. A falta de conocer datos sobre los dos últimos meses, fuentes judiciales y patronales aseguran que continúa produciéndose un crecimiento espectacular de las situaciones de iliquidez de las empresas.

Hasta agosto, los tribunales habían recibido 122 expedientes de suspensión de pagos, cifra muy próxima a los 128 registrados en todo el año anterior y que se sitúa muy cerca del nivel máximo del último quinquenio, hasta 1985, con 145 expedientes.

El sector más afectado por la situación de iliquidez es el industrial -si se excluyen las empresas dedicadas a transformación de metales-, el comercial y el de hostelería. Las empresas menos afectadas son las instituciones financieras, las aseguradoras, y las de transporte.

Las pronuestas de convenio con los acreedores presentadas por los procuradores ante los tribunales registran un fuerte aumento de la deuda media declarada. Ésta ha sido de 312 millones de pesetas en los ocho primeros meses del año, frente a 220 millones en 1989.

Desaceleración de la demanda

El fuerte incremento de las suspensiones ratifica el ritmo de desaceleración de la demanda interna en que ha entrado la economía. Esta desaceleración se ha manifestado ya en el descenso de las ventas de automóviles y en una caída del 6,5% de las ventas a plazos en términos reales por primera vez en los últimos cuatro años (véase EL PAÍS del 5 de noviembre). El aumento de las suspensiones pone de relieve, además, el efecto de la política de restricción monetaria impuesta por el Banco de España, que ha conducido a un encarecimiento de los créditos a las empresas.

El importe de las deudas declaradas en procesos de quiebra ha registrado una fuerte progresión, aunque el número de expedientes se mantiene estancado. Hasta el pasado mes de agosto, la cifra de quiebras descendió un 3,4%, aunque aumentaron un 328,4% las deudas declaradas en relación con el año anterior.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística indican un deterioro de la situación patrimonial de las empresas quebradas, con una mayor diferencia entre el patrimonio total de las sociedades medido por sus activos y las deudas contraídas con proveedores y acreedores.