La batalla por la apertura en la ejecutiva, única duda del 32º Congreso del PSOE
La composición de la comisión ejecutiva federal es la única gran incógnita que queda pendiente para el 32º Congreso del PSOE, que se celebrará en Madrid del 9 al 11 de noviembre, toda vez que hay una coincidencia básica en torno a los proyectos de futuro para la sociedad española, a pesar de las 2.700 enmiendas que, se han presentado a las ponencias oficiales. Mientras que el actual aparato del PSOE considera que la "pluralidad" que demandan diversas personalidades del partido e plasmará en el comité federal, éstos confían en que la apertura tenga reflejo en la ejecutiva.
El secretario general del PSOE, Felipe González, se despedirá el próximo lunes de los miembros de la comisión ejecutiva federal invitándoles a un almuerzo en el palacio de la Moncloa.Para desagrado de González, ha sido precisamente la composición de la próxima ejecutiva el tema que ha acaparado los debates precongresuales: homogeneidad o pluralidad.
De las 2.754 enmiendas que se han presentado a las ponencias oficiales, 159 hacen referencia a los estatutos del partido, pero sólo la delegación de Barcelona ha pedido una modificación en la estructura de la ejecutiva federal, así como la delegación de Cádiz representada por Ramón Vargas Machuca.
Éstos proponen la división de este órgano de dirección en pleno y secretariado, para que en la primera instancia tengan cabida personalidades relevantes del partido. No parece que esta propuesta vaya a ser apoyada aunque sí se ampliará la composición numérica a un máximo de 30 miembros -7 más que la actual-, según se desprende de declaraciones de Felipe González a sus secretarios regionales, con quienes se ha reunido en tres etapas para conocer sus opiniones antes del congreso.
Las versiones que han dado estos dirigentes regionales de lo escuchado a González les anima a pensar que no cambiarán demasiadas cosas en la estructura orgánica del partido, pero también ha dado datos a quienes defienden la apertura de la ejecutiva para creer que el próximo órgano de dirección no será de estricta obediencia guerrista.
Los dirigentes regionales no se han recatado en mostrar a Felipe González su contrariedad por las voces críticas de algunos ministros, pero lo cierto es que el secretario general ha. defendido el derecho a esta discrepancia si bien la demanda de "habitabilidad" le ha contrariado, según le hizo saber personalmente al secretarió general de la FSM, Joa quín Leguina.
Sensibilidades
La última interpretación que ofrecen los representantes del actual aparato del partidio sobre las palabras de Felipe González es que la "pluralidad" se pondrá de manifiesto en el comité federal y no en la ejecutiva. Así prevén que ocuparán un lugar en ese órgano militantes del partido procedentes "del mundo de la Un¡versidad y de la empresa pública" sin relación con la estructura orgánica. Uno de estos dirigentes señalaba que "la amplia pluralidad del PSOE debe estar representada en el Comité Federal, que es en la práctica el parlamento del partido".Las llamadas al "debate abierto" son numerosas en dis tintas enmiendas de las fledera ciones, como la elaborada como adición al Programa 2000 por Barcelona. "El debate de las ideas debe permitir la aparición de las distintas sensibilidades que tienen cabida en el socialismo democrático. Esta capacidad del partido para desarrollar sin fisuras el proyecto acordado mayoritariamente y, al mismo tiempo, expresar sensibilidades dife renciadas redundará en una me jor conexión con la sociedad". Aunque éste no será el congreso de "las relaciones con UGT", sí marcará la ruptura formal con el sindicato a la vista de las numerosas enmiendas que piden la extinción de la obligatoriedad de los militantes del PSOE de aliliarse a esa central. No obstante, se "recomendará" tal afiliación a quienes deseen "actuar sindicalmente". Los deseos de Izquierda Socialista de que los delegados del congreso puedan votar individualmente la gestión de la ejecutiva y su elección y no por cabeza de delegación será probablemente derrotada.
También Cádiz plantea la petición del voto individualizado. Ramón Vargas Machuca lo justifica en aras de una mayor democratización. "Hacer más democrático el partido significa, ante todo, aumentar la capacidad de control del militante. Para ello proponemos la extensión de la regla del voto individualizado a todas aquellas instancias participativas del partido en las que aún funciona el sistema de delegación".
Ninguna delegación pide la supresión de las corrientes de opinión. Por el contrario, se pide una regulación más precisa de sus derechos. Así, la comisión ejecutiva federal tendrá que presentar en el plazo de seis meses a partir del congreso un reglamento sobre las corrientes. Distintas enmiendas de los miembros de Izquierda Socialista piden que las corrientes tengan representa ción en todos los órganos de dirección y no sólo en el Comité Federal.
También miembros de Izquierda Socialista piden que "en el plazo de seis meses la ejecuti va federal presente ante el Comité Federal para su aprobación el Reglamento de la Comisión de Ética regulando su composición y funcionamiento".
En el apartado de organiza ción, la delegación de Cádiz pide la creación de canales que permitan la coordinación entre partido y Gobierno no sólo en la máxima instancia, sino también en los ámbitos municipal y autonómico "Las tensiones latentes entre lógica partidaria y acción de go bierno institucional sólo se alivian y se resuelven si en la práctica el partido actúa como lugar de encuentro entre aquellos que desarrollan su acción política desde la organización partidaria y los que realizan la suya en las instituciones". Cádiz propone como ejemplo a seguir el Consejo de Coordinación que existe en Andalucía para regular las relaciones entre partido e instituciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.