Un pequeño gran jugador

El galés Ian Woosnam, que ha reeditado en 1990 su éxito de 1987 al concluir como líder por ganancias (106,220 millones de pesetas) del circuito europeo de golf, es todo un pequeño gran jugador. Su corta estatura, 163 centímetros, no le impide, en efecto, ser uno de los que mandan más lejos la pelota con el driver (a unos 252 metros, según las últimas estadísticas) y, a la vez, caminan hacia el green con mayor regularidad (76%) respecto a los golpes previstos. A sus 32 años, sin embargo, está en deuda consigo mismo: "Sé que puedo vencer a cualquiera. Pero ni los aficionados ni los periodistas me considerarán entre los ases mientros no me imponga en uno de los cuatro torneos del Grand Slam".En esta temporada, por ejemplo, el hogareño Woosnam, alguien que es capaz de lesionarse jugando con sus dos hijos, se ha anotado cinco competiciones (Open del Mediterráneo, Open de Montecarlo, Opén de Escocia, Match-Play de Wentworth y Gran Premio de St. Pierre), con lo que ya totaliza 18 en el tour europeo y cinco en otros. Pero le falta la guinda de inscribir su nombre en un grande para sentirse a la altura del inglés Nick Faldo, el ídolo británico del momento, sin necesidad de empinarse.