Rehenes del corto plazo

Las bolsas, a pesar de sus avances, no consiguen sacudirse la sensación, de precariedad de todos sus movimientos, manteniendo a los inversores en esa especie de círculo vicioso que forma la apertura de cada uno de los mercados, incluyendo el propio. Madrid, que ayer extrenaba índice continuo, mantuvo una orientación al alza que ganó fuerza a medida que avanzaba la sesión, hasta que Wall Street sorprendió con una nueva apertura a la baja. Hasta ese momento la inversión autóctona se había distraído con tomas de posiciones en los valores más clásicos del mercado, mientras que las instituciones decidieron anotar algunas plusvalías en sus balances mediante una serie de aplicaciones y ventas que contribuyeron a elevar en forma sustancial el volumen negociado. Esta animación de última hora coincidió con una pequeña mejoría en Nueva York, que en ese momento sólo bajaba 10 puntos, lo que animó a los amantes del corto plazo a sumarse a la actividad del mercado y logró hacer subir el índice 6,38 puntos al cierre de la sesión.La justificación de esta actitud está en la creciente normalidad que domina a la mayor parte de los mercados financieros del mundo, lo que hace aumentar el grado de credibilidad en una resolución pacífica de la larga crisis del Golfo.