El 'aparato' del PSOE cree que la ausencia de cambios en el Gobierno perturbará el congreso
Dirigentes del PSOE y distintos ministros del Gobierno mostraron ayer una actitud de "resignación" ante la posibilidad de que el presidente, Felipe González, posponga una "remodelación" de su Gabinete hasta después del 32 congreso del partido. Estos interlocutores consideran que la continuación del actual Gabinete constituirá un elemento de perturbación en el congreso, ya que "algunas federaciones con poder pueden intentar hacer la crisis en el congreso". Asimismo, miembros de la ejecutiva del PSOE dan por seguro que se ampliará su número para dar cabida a "distintas sensibilidades"
Todavía ayer algunos dirigentes socialistas mantenían que la crisis del Gobierno podía producirse en la próxima semana, lo que fue prácticamente rechazado por algunos ministros y miembros de la Ejecutiva. Éstos últimos se mostraron conocedores de "estos rumores" sobre cambios para la próxima semana y lo achacaron a la lógica del calendario" más que a la lógica política, toda vez que por compromisos del presidente consideran que transcurrida la próxima semana ya no hay posibilidades de "remodelación", según la palabra que utiliza el propio presidente en conversaciones privadas.Estos interlocutores dan importancia al hecho de que González hable de remodelación y no de crisis, ya que en otras ocasiones le han escuchado que desde que el PSOE llegó al poder en 1982 sólo ha habido una crisis verdadera, que fue con la salida de Miguel Boyer de la cartera de Economía y Hacienda. A este respecto deducen que si el presidente habla de remodelación es porque piensa mantener a Carlos Solchaga en su actual cometido y dan por supuesto que Alfonso Guerra continuará en la vicepresidencia del Gobierno.
Acatamiento al presidente
La reunión de anteayer del presidente con seis responsables de federación de su partido ha marcado nuevas pautas en el debate precongresual al señalar que no consideraba urgente un cambio de Gobierno.
La reacción generalizada ' en el seno del PSOE ha sido de cierta decepción aunque sin reproc'he dado el respeto absoluto con el que se acoge en ese partido cualquier decisión u opinión de Felipe González.
Este acatamiento, no obstante, no excluye que mayoritariamente se considere que los socialistas debían llegar al congreso después de que se hubiera producido un cambio en el Gobierno y así ver despejadas algunas incógnitas. Algunos dirigentes del partido hubieran querido comprobar qué ministros del Gobierno salían para hacerse a la idea de cuáles podrían formar parte de la nueva ejecutiva.
Algunos ministros señalaron la posibilidad de que "dirigentes con mucho poder en el partido puedan tener la tentación de hacer la crisis en el congreso aupando o tirando ministro".
Lo cierto es que la diplomática defensa que Felipe González hizo de los ministros que han participado en el debate precongresual ha llenado de satisfacción a éstos y de perplejidad a los más duros representantes del aparato que, no obstante, apenas albergan dudas sobre la presencia de alguno de estos actuales ministros en la próxima ejecutiva.
La próxima comisión ejecutiva federal, que actualmente se compone de 23 miembros, será ampliada con toda seguridad, aunque se descarta la posibilidad de que triunfen las enmiendas que proponen la creación de un órgano intermedio entre la ejecutiva y el comité federal en el que estaría representada "la pluralidad del partido".
La otra gran petición de los considerados renovadores dentro del partido -la posibilidad de que las votaciones para juzgar la gestión de la ejecutiva y para nombrar a sus miembros se efectúe por los delegados de forma individual- está también llamada al fracaso dada la oposición que ha despertado en las federaciones más numerosas. Así, ambas votaciones continuarán recayendo en el cabeza de cada delegación, sin la opinión de las minorías.
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