Ronda y la Legión
Jacinto hace la mili legionaria en su ciudad, Ronda. Vive de manera especial el "divorcio" entre la localidad de 33.000 habitantes y el millar de hombres del IV Tercio Alejandro Farnesio, alojado en el campamento de Montejaque. Son ya diez años de convivencia entre los novios de la muerte y los rondeños.El pasado día 14, la corporación municipal aprobó unánimemente rechazar el incremento de efectivos de la Legión en Ronda, una posibilidad no descartada por Defensa -en el tercio de Fuerteventura, donde la ciudadanía se ha opuesto fuertemente a la Legión, se rumorea el traslado a la ciudad malagueña-. El Ayuntamiento rondeño apuesta por el desarrollo turístico y no por el castrense, que sería un obstáculo para ello.
"Son unos vecinos incómodos y los tenemos a cambio de nada. La Legión plantea problemas como el aumentú de droga, delincuencia y altercados. Además, no deja dinero", afirma el alcalde, Manuel García Rubio (PSOE), que reconoce no tener datos estadísticos.
Quien dice tener los suficientes para negar esas acusaciones es el presidente de la Asociación de Empresarios de Ronda, Miguel Coronel. "La violencia y la droga no han aumentado. En cuanto a las ganancias que el Tercio deja, ni son tantas como dicen ellos ni tan pocas como aseguran los contrarios", afirma el industrial. "La cosa no es para tanto. La ciudad está como estaba. La Legión no estorba" tercia el peluquero establecido en la plaza de toros, Carlos Guerrero, 48 años como fígaro.
El grupo municipal del PP es el único que apoya la presencia de la Legión, aunque no desea que aumente para evitar que la ciudad pudiera convertirse en un objetivo estratégico. "No dan más problemas que el resto de la población. Son jóvenes Jaleosos, como muchos de esa edad", apunta el portavoz popular, José Antonio Figueroa.
De jaleos sabe algo Andrés Mateos Coca, propietario de la discoteca Coca,s. "Hace un par de meses me dejaron la sala hecha un desastre. Uno gritó 'a mi la Legión' y se montó una gresca terrible. He decidido restringir la entrada, menos a los que sé que son buenos chicos. No admito a los que llevan vaqueros ajustados y zapatillas de deporte".
A pesar de todo, algunas rondeñas tienen marido legionario. La cosa no es fácil, según el lejía Migúel Morcillo: "Las chicas no nos hacen caso, porque se han hecho muchas barrigas". Han aumentado los prostíbulos, alguno, como Vanessa, situado junto a las vallas del cuartel.
"A mi me duele que no nos quieran. Creen que somos asesinos. Eso era antes, la Legión ha cambiado mucho", apunta Sebastián, un colombiano de 23 años que se alistó siendo menor de edad. Este ex payaso del circo Ciudad de Los Muchachos amplía su queja: "Luego, resulta que somos los primeros en dar sangre o apagar los incendios". "Lo que tiene que haber en Ronda es un parque de bomberos y no un Tercio", responde Javier Robles desde la Coordinadora Pacifista local, que prepara, nuevas acciones. La guerra no ha terminado.
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